Agradecimientos
Al agradecer a los que nos ayudan a escribir un libro existen dos tendencias: darle las gracias a todo el mundo o no dárselas a nadie. Sin embargo, hay algunas personas sin las que este libro, dicho en sentido completamente literal, no se habría escrito. Mi familia, Edwina, Sam y Rob, han sido testigos de que nuestros ingresos descendían cada vez más mientras yo menos trabajaba y más escribía. El apoyo emocional, económico y moral y la fe indeclinable de que algún día «lo lograría», me han permitido hacer este libro, Testamento, sin perder entretanto la cordura.
Hace muchos años, cuando Testamento no era más que una idea, que después se transformó en un bosquejo y al fin en un borrador, mi ex marido, John, me apoyó de todas las formas posibles, por lo que le estoy sincera y eternamente agradecida.
Y por último, mucho más en el aquí y ahora, tengo que darle las gracias a mi editor, Will Atkins, que me ha permitido hacer de Testamento el libro que siempre quiso ser.