Rossignol a Luis XVI,
continuación
NOVIEMBRE 1688
Su majestad se sentirá consternado por este relato de traición y perfidia. Si fuese de dominio público me temo que causaría grave daño a la reputación de la cuñada de su majestad, la duquesa d’Orleans. Se dice que está postrada de pena, e ingratitud, por todo lo que las legiones de su majestad han hecho para asegurar sus derechos sobre el Palatinado. Por el respeto de un caballero hacia su rango, y por humana compasión hacia sus sentimientos, he sido todo lo discreto que me ha sido posible con esta inteligencia que sólo podría causarle mayores sufrimientos si se divulgase. Sólo he compartido el anterior relato con su majestad. D’Avaux me ha importunado pidiéndome una copia, pero he desviado sus múltiples peticiones y así seguiré haciéndolo a menos que su majestad me ordene enviarle el documento.
Durante las semanas que he pasado descifrando este documento, Fobos y Deimos se han desatado en la ribera este del Rin. El plomo que la condesa tan diligentemente siguió hasta las orillas del Meuse ha llegado por completo al Palatinado, y ha concluido su largo viaje moviéndose a velocidades inconcebibles a través de los cuerpos y edificios de los herejes. La mitad de los jóvenes galanes de la corte han abandonado Versalles para ir de caza a Alemania, y muchos de ellos escriben cartas, que es mi obligación leer. Me cuentan que el castillo de Heidelberg ardió magníficamente durante días, y que todos están ansiosos por repetir el experimento en Mannheim. Está previsto que Philippsburg, Mainz, Speier, Tréveris, Worms y Oppenheim caigan a finales del año. Al acercarse el invierno, su majestad se inquietará al conocer todas las brutalidades. Retirará sus fuerzas, y dará a Louvois una firme reprimenda por haber actuado tan excesivamente. Los historiadores registrarán que no puede hacerse responsable al Rey Sol de todos esos hechos desagradables.
Por medio de las muchas y excelentes fuentes de su majestad en Inglaterra, su majestad sabrá que el príncipe de Orange se encuentra ahora allí, comandando un ejército formado no sólo por holandeses, sino por regimientos escoceses e ingleses estacionados en suelo holandés por un tratado, escoria hugonote que llegó desde Francia, mercenarios y filibusteros de Escandinavia y prusianos prestados a la causa por Sofía Carlota, la hija de esa maldita zorra hanhoveríana Sofía.
Todo lo cual no parece sino demostrar que Europa es un tablero de ajedrez. Incluso su majestad no puede ganar (digamos) el Rin sin sacrificar (digamos) Inglaterra. Igualmente, al final Sofía y Guillermo tendrán que pagar por lo que obtengan por medio de sus incesantes maquinaciones. Y en cuanto a la condesa de la Zeur, bien, el nuevo rey de Inglaterra podría convertirla en duquesa de Qwghlm, pero a cambio sin duda su majestad se encargará de que los sacrificios de esa mujer estén en consonancia con ello.
M. el conde d’Avaux ha redoblado la vigilancia de la condesa en La Haya. Ha recibido certeza, de la lavandera que trabaja en casa de Huygens, de que, en los casi dos meses que lleva en la casa, no ha sangrado ni una gota de menstruación. Está preñada de un bastardo de Arcachon. Por tanto, ahora ella es parte de la familia de Francia, de la que su majestad es el patriarca. Como se ha convertido en un asunto familiar, me abstendré de entrometerme más a menos que su majestad me ordene lo contrario.
Tengo el honor de ser el humilde y obediente servidor de su majestad,
BONAVENTURE ROSSIGNOL