Agradecimientos
Una obra como ésta cuelga de una inmensa red de dependencias a la que no se puede hacer justicia con una breve página de agradecimientos. Un proyecto semejante sería inconcebible si no fuese por el esfuerzo de estudiosos y científicos que se remontan a la época de Wilkins y Comenius, y que se extiende al presente. No decirlo sería injusto. Pero en una obra de ficción, que por necesidad se aparta de la verdad científica e histórica, los reconocimientos pueden salir por la culata. Los estudiosos serios que se mencionan a continuación deberían recibir el aplauso por su buena labor, y nunca la culpa por mis tontas divagaciones.
El proyecto no se hubiese producido de no mediar una conversación casual hace varios años con George Dyson y Steven Horst.
Los siguientes estudiosos (una vez más en orden alfabético) han publicado trabajos esenciales para completar el proyecto. Aunque estoy ansioso por reconocerles su ayuda, soy consciente de que muchos se sentirán disgustados por mis muchas excursiones lejos de la verdad histórica. Los lectores que deseen saber qué sucedió en realidad deberían comprar y leer sus libros, mientras me culpan a mí de los errores aquí contenidos: Julian Barbour, Gale E. Christianson, A. Rupert Hall, David Kahn, Hans Georg Schulte-Albert, Lee Smolin, Richard Westfall, D. T. Whiteside.
Debo mencionar especialmente a Fernand Bradudel, ya que este libro podría considerarse una argumentativa nota al pie a su propia obra. Consulté muchas otras obras de ensayo durante la ejecución de este proyecto y el espacio no me permite mencionarlas. Hay que señalar especialmente la biografía en seis volúmenes de sir Winston Spencer Churchill dedicada a Marlborough, que las personas realmente interesadas en ese período de la historia deberían leer, y que deberían considerar aquellos que piensan que yo escribo frases largas.
Agradecimientos especiales a Béla y Gabriella Bollobás, Doug Carlston, y Tomi Pierce por ofrecer acceso a lugares que no hubiese podido ver (Bollobás) o en los que no hubiese podido trabajar (Carlston/Pierce) de cualquier otra forma. George Jewsbury y Catherine Durandin y Hugo Durandin DeSousa ofrecieron su ayuda. Greg Bear me prestó dos libros; ¡prometo devolverlos! Y por hablarme sobre la pólvora y escuchar con ecuanimidad mis discursos ocasionales sobre la alquimia, gracias a Marco Kaltofen, P. E., de la Natick Indian Plantation and Needham West Militia Companies.
Por su ayuda de muchas formas para hacer que esto fuese posible en el aspecto editorial, y por manifestar una paciencia sobrehumana, Jennifer Hershey, Liz Darhansoff, Jennifer Brehl y Ravi Mirchandani.
Jeremy Bornstein, Alvy Ray Smith y Lisa Gold leyeron el penúltimo borrador) y ofrecieron útiles comentarios. Los dos últimos, junto con el cartógrafo Nick Springer, participaron en la creación de mapas, diagramas y árboles genealógicos. Se pueden encontrar más detalles en el sitio web BaroqueCycle.com.