FAUSTO
M al podríamos hablar de pactos con el Diablo sin hacer referencia a la figura prototípica en esta materia: el doctor Fausto. Una vez más en lo que va de libro, mito e historia se entremezclan para darnos dos visiones bien distintas de este asunto. Hasta donde alcanzan nuestros conocimientos, parece haber existido dos “doctores” con ese nombre. Uno, la figura menos conocida, habría sido un alemán doctor en teología que tuvo una cátedra en Wittenberg en el siglo XVI. Se describía a sí mismo en algunas cartas fragmentarias que han sobrevivido de su correspondencia como practicante y adepto a la magia y un “peligroso pensador radical”. Esto, más o menos, es todo lo que sabemos. Si escribió algún libro, este no ha llegado hasta nosotros, ni sabemos cuando o cómo murió. Lo poco que conocemos parece indicar que era un estudioso de materias bastante heterodoxas y que sus ideas (cualesquiera que pudieran haber sido) fueron tomadas lo bastante en serio como para causar la alarma oficial, lo cual no es raro dada la convulsión social que vivió la ciudad en aquella época.
Grabado protestante de 1538. Exhibe con claridad la opinión que los no católicos tenían de la Iglesia.
Martín Lutero, el 31 de octubre de 1517 comenzó la reforma protestante. Era profesor de la universidad de Wittenberg.
Juan Fausto nació y creció en Wittenberg, Alemania. Pronto quedó huérfano, y se educó bajo el cuidado de un tío suyo de posición más que acomodada. Habiéndose criado en la localidad, no tuvo ninguna dificultad para, llegada la edad, asistir a la universidad de Wittenberg, una escuela luterana altamente prestigiosa matricularse en teología.
Wittenberg fue la universidad luterana más señera del siglo XVI, en la cual las enseñanzas humanistas llegaron a ser sumamente populares. Los cursos de materias tales como griego, hebreo, poesía, historia, oratoria y literatura latina veían aumentar año tras año el número de alumnos. Los protestantes deseaban de esta manera equipararse culturalmente a la “decadente Roma”. A partir de 1592, se obligó a los profesores a que suscribieran manifiestamente la fe luterana. En la década de1540, Wittenberg tenía una alta reputación atrayendo a estudiantes de las familias más acomodadas del país.
Fue allí donde el 31 de octubre de 1517 Martín Lutero, profesor de la universidad, comenzó la reforma protestante. La institución se implicó totalmente en este asunto. Martín Lutero pronto se convirtió en una figura muy importante tanto en Alemania como en el resto de Europa. Lutero fue defendido por los profesores de Wittenberg, que hicieron una piña alrededor de su colega, atacado por los claustros antiluteranos de las universidades próximas.
Los centros de enseñanza superior de la oposición desafiaron a Wittenberg a una discusión pública sobre la reforma, lo que fue rápidamente aceptado por los profesores luteranos. Los profesores armaron a los estudiantes por si llegaba el caso de defender las ideas con argumentos más contundentes que las palabras. La sangre no llegó al río, pero este debate ha sido uno de los más importantes en la historia de la institución universitaria.
En el siglo XVI, nuevas universidades surgieron por toda Europa. Solamente en Alemania se fundaron nueve. Las matriculaciones de estudiantes también crecieron profusamente.