THE DIVAN
Una entrada del libro de actas de los Dilettanti indica: “Cada miembro de la sociedad debe aportar un retrato suyo al óleo, pintado por George Knapton, miembro de esta sociedad, para ser colgado en el cuarto donde dicha sociedad se reúne”. El de sir Francis le representaba como un monje con su atención fijada en una estatua de Venus y un halo alrededor de su cabeza. William Hogarth pintó más tarde una versión de esto con la inscripción “San Francesco Di Wycombe”.
En 1739, sir Francis realizó una segunda visita a Italia, donde conoció al príncipe Charles Edward Estuardo. Estuardo era nieto de rey James II, que fue forzado a abandonar el trono británico medio siglo antes. Francis escribió más sobre esta reunión a su amigo Lord Sandwich: “Estoy del todo (de acuerdo) con este príncipe galante, que tiene todas las dotes de un líder verdadero y, sobre todo, es honesto. Pero detesto desde el fondo de mi corazón a los personajes que forman su corte en Roma. Si el príncipe tiene en verdad alguna ambición, solo podrá cumplirla lejos de su influencia”.
Arrebatar el alma era el cometido de un diablo cuyo “trabajo” era representado de manera tan expresiva.
Sir Francis obtuvo un puesto menor en la corte del príncipe Frederick, el príncipe de Gales, hijo y heredero del rey Jorge II. Las relaciones entre el príncipe de Gales y su padre eran notablemente tensas. El rey se referiría generalmente a su hijo como “el pobre Fred”, y no parecía sentir ningún remordimiento al describirlo en público como un mentiroso y un zopenco. El príncipe, que no se quedaba atrás en sus comentarios, calificaba a su padre de asqueroso obcecado cuyo insaciable apetito sexual parecía ir parejo a su estupidez. Era lógico, por tanto, que sir Francis, cuya oposición a cualquier tipo de autoridad era pública y notoria, viera con simpatía la causa del príncipe de Gales. En su entorno, sir Francis conoció los hombres más influyentes de Inglaterra, quienes le sugirieron la política como una carrera conveniente para alguien de su riqueza y posición.
En 1741, sir Francis ocupaba un escaño en la Cámara de los Comunes. Al principio de su carrera política se ocupó de causas completamente dignas, como la reparación de caminos, la edificación de puentes y la mejora general de Londres y otras ciudades. También fundó otro club de breve vida al que llamó The Divan. Fundado en 1744, nunca llegó a alcanzar un mínimo de popularidad y fue disuelto en 1746. Como presidente del club, sir Francis era conocido como “el sultán”. Los miembros acudían a las reuniones tocados con un turbante y al parecer existía un “harén” a su disposición. Suponemos que la naturaleza de sus reuniones tenía mucho que ver con el sexo y los placeres culinarios.