LIX
—¿Lo oyes? —le preguntó Kelleher a Mac Cormack.
Mac Cormack se encogió de hombros.
—Deberíamos haberla matado enseguida, pero había que comportarse correctamente. Aunque todo eso tiene poca importancia. Salvo para la causa. Para la causa, sí, es jodido eso de que puedan decir que nos hemos comportado mal en unos momentos tan trágicos.
—Le disculparán —dijo Kelleher—. Usted no tiene toda la culpa.
—Pero ¿quién se va a enterar? —dijo Mac Cormack.
—Tiene que sobrevivir —dijo Kelleher—. No dirá nada. Si los británicos encuentran su cadáver con los nuestros, hará mal efecto. En cambio, si sobrevive, estoy seguro de que dirá que nos hemos portado estupendamente con ella. Lo cual es verdad, al fin y al cabo.
—Tengo una idea —dijo Mac Cormack—. Bajémosla a un sótano. Tiene que haber algún sótano, aquí.
—Voy a mirar —dijo Kelleher.
Oyeron más gritos.
—Vaya —dijo Gallager—, me estoy dando cuenta de que seré el único que no la ha follado.
—¿Crees que a mí no me interesa? —dijo Kelleher. Callinan se volvió hacia ellos para decirles que volvía a haber movimiento en el Furious.