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Complejo del Primer Circuito de ComStar,

isla de Hilton Head

América del Norte, Tierra

8 de abril de 3052

La Primus Myndo Waterly contempló la delgada figura de la capiscolesa de Dieron cuando se desvaneció la proyección del informe del Capiscol Marcial.

—Y bien, Sharilar Morí, ¿qué piensas?

—Me siento complacida y honrada de que me hayas mostrado este informe antes de presentarlo al Primer Circuito —dijo Sharilar, mas su rostro no revelaba ninguna emoción—. No obstante, estoy un poco perpleja por el motivo que te ha impulsado a distinguirme con este honor.

—¿Perpleja? ¿Por qué? —preguntó Myndo con una sonrisa inocente, tratando de mostrar una imagen serena y sabia—. ¿Acaso has olvidado que yo fui tu predecesora como capiscolesa de Dieron, y que yo personalmente te elegí como sustituía cuando ascendí a Primus?

—No, Primus, no lo he olvidado, pero no sería humana si no me extrañase mi buena fortuna —repuso Sharilar, bajando la mirada hacia el suelo—. Prefiero pensar que he sido útil el tiempo que he sido capiscolesa de Dieron.

—Así ha sido, Sharilar, y serás aún más útil en el futuro. —La Primus se sentó en una silla y dio unas palmadas en otra que estaba al lado—. Siéntate, por favor. Deseo compartir contigo una información de gran importancia.

Sharilar se movió con su elegancia habitual, pero Myndo notó su nerviosismo. Bien. Si no estuviese emocionada por mi actitud de confianza en esta situación, seria totalmente inadecuada para la labor que necesito que haga.

—Capiscolesa de Dieron, ¿qué piensas del acuerdo a que ha llegado el Capiscol Marcial con los Clanes?

Sharilar se mordisqueó el labio inferior por unos momentos antes de responder.

—Habría preferido un cese de hostilidades más prolongado, pero le creo cuando dice que quince años es el mejor acuerdo al que ha podido llegar. En ese plazo de tiempo, supongo que la Mancomunidad Federada y el Condominio Draconis habrán acumulado las fuerzas suficientes para mantener esa frontera cuando se reanude la guerra.

—Estoy totalmente de acuerdo con tus ideas —dijo Myndo, dándole un suave apretón en el brazo—. Ahora bien, si tuvieses que proyectar tus pensamientos quince años hacia el futuro (supongamos que eres la Primus), ¿cuáles crees que son las posibilidades de supervivencia de ComStar?

Myndo disfrutó en secreto de la inquietud de Sharilar I cuando ella le sugirió que podía llegar a ser Primus.

—Es difícil de saber, Primus —contestó Sharilar—. Si derrotamos a los Clanes, seguramente nos ordenarán que abandonemos sus planetas. Todo lo que hemos conseguido durante los dos últimos años se habrá perdido. Si el Condominio Draconis y la Mancomunidad Federada no son capaces de detener a los Clanes, la Tierra caerá en su poder. Supongo que nuestras posibilidades de supervivencia son escasas si no podemos unir a los Estados Sucesores para que nos ayuden a contenerlos.

—Y, dada la actitud actual de Hanse Davion —continuó la Primus, arrellanándose en la silla—, ¿qué posibilidades tenemos de unir la Esfera Interior?

—Muy pocas, Primus.

—Correcto. En resumen, el Capiscol Marcial nos ha dado quince años más en el mejor de los casos. Si los Clanes lo derrotan en Tulcawid, ComStar y el sueño del Bendito Blake desaparecerán de inmediato.

—Sin embargo, el Capiscol Marcial parecía muy confiado. Ha dicho que tiene la clave para derrotar a los Clanes. ¿Es posible que pierda?

Myndo resopló en tono despreciativo.

—Sharilar, debes aprender a ver la realidad del mundo. El Capiscol Marcial ve los conflictos como si fuesen grandes juegos de estrategia o de ajedrez. Para él, todo puede decidirse sobre el tablero de juego y ningún elemento del universo exterior afectará al resultado. Por lo que a él respecta, la batalla de Tukayyid lo decidirá todo y luego el ilKhan Ulric y él se despedirán como amigos.

—¿No eres un poco dura con él?

—No tanto, capiscolesa de Dieron —dijo la Primus, echándose atrás sus largos cabellos blancos con un gesto natural—. Piénsalo desde esta perspectiva: el Capiscol Marcial es un viejo soldado y ésta será la mayor batalla de su vida. Tanto si gana como si pierde, su utilidad se acaba. Nunca volverá a conocer el desafio o la gloria de una guerra que supere a esta. Sus sueños se habrán cumplido, mientras que los nuestros deben continuar. Pretende proteger ComStar, mientras que nosotros (tú y yo) debemos permanecer fieles al sueño de Blake de reformar la humanidad.

La anciana se inclinó hacia adelante y bajó el tono de voz hasta reducirlo a un susurro conspiratorio:

—Se ha firmado la sentencia de muerte de ComStar. No podemos permitir que suceda esto.

Sharilar asintió con un gesto envarado, como si todo el peso de las palabras de la Primus cayese sobre ella poco a poco.

—El sueño de Jerome Blake no debe ser destruido. Sería una traición a la humanidad.

—Exacto. Mientras el Capiscol Marcial realiza un valiente esfuerzo para derrotar a los Clanes, nosotras debemos mirar más allá de sus actos y asegurarnos la victoria definitiva de ComStar y de Blake.

—Pero ¿cómo lo conseguiremos? —inquirió Sharilar—. ¿Qué podemos hacer?

La Primus sonrió y dijo:

—Ordenador, muestra la lista de objetivos de la Operación Escorpión.

El ordenador obedeció al instante. Allí donde antes podía verse el rostro del Capiscol Marcial, ahora apareció una brillante lista de palabras. Myndo volvió a repasarla, regodeándose en su gloria narcisista, y sonrió al ver que Sharilar miraba la lista boquiabierta.

—Sí, Sharilar, es un plan de concepción audaz, mas sencillo en su ejecución. Primera fase: revueltas organizadas en todos los planetas de los Clanes que están bajo nuestro control, dejando atrapadas las guarniciones y liberándolos en nombre de ComStar. Eso nos dará la gloria de ser considerados los salvadores de la humanidad.

—Veo la sabiduría del plan, Primus, pero ¿cuál es la segunda fase? Si cerramos todas nuestras instalaciones en los Estados Sucesores, ¿no sembraremos el pánico y la confusión entre aquellos a quienes necesitamos como aliados?

—Quiero que haya pánico en los Estados Sucesores —repuso la Primus, entornando los ojos—. Es la increíble arrogancia de Hanse Davion, Theodore Kurita y Thomas Marik lo que les hace creer que pueden dejarnos al margen. Hemos solicitado su apoyo a todos ellos para defender la Tierra, pero lo único que hemos recibido han sido promesas vacías. Creen que somos inútiles, y quiero demostrarles que todavía podemos hacerles daño. Una interdicción que se extienda a todos los Estados Sucesores destruirá sus cadenas y les recordará nuestra vital importancia, si es que esperan enfrentarse con éxito a los Clanes.

»Entonces, tal como hicimos con la Federación de Soles hace veintitrés años, levantaremos las sanciones a cambio de concesiones. Los obligaremos a que nos utilicen como han hecho los Clanes en los planetas ocupados. De hecho, cuando se abran las comunicaciones entre las capitales y los mundos exteriores, descubrirán que esa situación ya existe de facto, de modo que no tendrán más elección que aceptaría.

Sharilar sintió un leve estremecimiento.

—El Capiscol Marcial y el Primer Circuito se opondrán a este plan.

—Por eso no serán informados —repuso Myndo, viendo en la expresión de Sharilar que por fin empezaba a entenderlo—. Exacto, capiscolesa de Dieron. Te he explicado este plan porque negociaste con éxito mi breve alianza con Theodore Kurita. Sé que eres sutil y que puedes trabajar fuera de los canales oficiales. Necesito mantener al Primer Circuito alejado de nuestro plan, y sé que puedo confiar en ti. Debes transmitir los mensajes con rapidez a todos nuestros capiscoles y vicecapiscoles, para que estén preparados. La Operación Escorpión se pondrá en marcha al mismo tiempo que la batalla del Capiscol Marcial contra los Clanes.

»Cuando los haya derrotado —prosiguió Myndo, con la sonrisa del conquistador en los labios—, el ilKhan Ulric descubrirá que sus tropas están atrapadas detrás de las líneas enemigas. Entonces, los Clanes se verán obligados a retirarse y nos dejarán tranquilos para siempre.

La Primus vio un brillo perverso en los ojos de Sharilar Morí.

—Será como tú digas, Primus —dijo—. Pero tengo curiosidad acerca del nombre que has elegido para este plan. ¿Por qué «escorpión»?

—Por una antigua fábula, Sharilar —contestó Myndo—. La historia de un viejo perro ciego y del arácnido que le mostró cómo era la realidad.