Introducción
En abril de 1984 recibí una breve e intrigante carta de un hombre de California que la firmaba con una rúbrica negra muy característica. Era poco habitual, no sólo por saber de un hombre que alababa mi libro sobre el sexismo en la biblia, sino porque describía un giro de 180 grados:
«Fui ministro durante unos años», escribió Dan Barker, «y solía blandir orgullosamente la Biblia como el único criterio para la humanidad. Acabo de salir de un doloroso proceso que ha durado cinco años en el que me he convertido del cristianismo al ateísmo. Sólo hace unos meses que anuncié mi cambio. Es interesante leer la Biblia ahora, con una nueva “visión”, por así decirlo. Solía leer todas las partes feas de la Biblia, pero por alguna razón eran “invisibles”, incluso bonitas. Me enseñaron que Dios era perfecto, amoroso y recto, de modo que en mi mente no quedaba un resquicio de duda para este personaje. Cualquier contradicción aparente o fealdad se podía obviar en la fe del “misterio” de los caminos de Dios. Estoy encantado de que se hayan terminado esos días. Gracias por su libro».
«Siento la necesidad de participar en algún tipo de grupo que pueda ser una respuesta al pensamiento religioso. Créame, sé lo fuerte que es el pensamiento religioso. Pasé años evangelizando, en misiones, y componiendo música cristiana. Escribí dos musicales cristianos muy populares que todavía se representan por el mundo. Ahora que he dejado el cristianismo todavía siento la energía para hacer algún tipo de contribución a los valores y la inteligencia. (¿Es posible que sienta un tipo de penitencia inversa?). Me encanta su estilo de franqueza, sus arrestos para decir las cosas como son, y yo quiero hacer lo mismo. Por favor, envíeme cualquier material promocional que tenga. Gracias».
Esta carta me pareció un misterio desconcertante y fascinante. ¿Quién podía dar crédito a un ministro fundamentalista en su rechazo a su fe y que abraza un punto de vista feminista de la biblia? Pero entre nosotros ha quedado como un chiste permanente el que yo nunca respondiera a esa carta. Como por entonces no era parte de la plantilla de la Freedom From Religion Foundation (Fundación para Liberarse de la Religión), le pasé la petición a mi madre, Anne Gaylor, presidenta y fundadora del grupo. Tan pronto como recibió la información de cómo hacerse miembro, Dan Barker se unió a la Fundación, y el resto, como suele decirse, es historia.
Comenzó una cálida correspondencia entre mi madre y Dan. Anne le animó a escribir un artículo sobre su deconversión para el periódico de la Fundación, Freethought Today. A mitad de mayo, la Fundación había recibido el clásico artículo de Dan, el ensayo del título que forma el núcleo de este libro. Mi madre no perdió ni un segundo para asegurarse de que aceptaría hablar en la convención anual de otoño de la Fundación.
A través de la biografía solicitada se enteró de lo interesante que era Dan, incluso dejando aparte su dramática historia de deconversión de misionero a ateo: domina el español, pertenece a dos sociedades de Cociente Intelectual, amante de los gatos, a quien le gusta hacer malabarismos, lanzar bumeranes, jugar al ajedrez por correspondencia, hacer puzzles y «leer todo lo que puedo». Su trasfondo era interesante por sí mismo. La familia de su padre descendía de nativos americanos, lo que hacía de Dan un miembro de la tribu Delaware de indios americanos. Su padre, antes de convertirse al fundamentalismo, tocaba el trombón en la banda radiofónica de Hoagy Carmichael, y había aparecido en películas, incluyendo un encantador solo de trombón, con Judy Garland cantando, en «Desfile de Pascua». Es fácil identificar a su padre Norman por el parecido si alguna vez pillas la versión íntegra en un pase de madrugada.
Cuando los productores del programa de televisión «A. M. Chicago» presentado por Oprah Winfrey llamaron a las oficinas de la Fundación en 1984, buscando invitados que hubieran rechazado la religión, Anne en seguida sugirió a Dan. Era lo natural. Los productores de este programa, por entonces local, estaban excitados por la idea de un predicador fundamentalista que se hace ateo, y decidieron hacer volar a Dan a Chicago desde California. Mi madre, yo, y un antiguo católico también estábamos invitados. Nunca nos habíamos visto con Dan, y recuerdo nuestra ligera excitación por invitarle a ser el portavoz de la organización. ¿Iba en serio? ¿Qué pasaría si su apostasía recién encontrada resultara ser una fase pasajera? ¿Se vería intimidado por las críticas cristianas? Después de que nos entrevistaran a mi madre y a mí, trajeron a Dan durante un intermedio. Aguantamos la respiración, y entonces, tal como empezó a hablar, nos relajamos con alivio y admiración. Habíamos encontrado un «alma gemela», un abogado elocuente, leído, atractivo, e intrépido librepensador.
Desde el debut de Dan, cuando se puso el apodo de «bebé ateo», ha dedicado sus energías al movimiento librepensador a través de conversaciones cara a cara, artículos, editoriales y cartas al director, activismo, entrevistas en talk-shows, debates con ministros y evangelistas, compromisos para conferencias ante diversos grupos y campus, y con su música. Su deconversión lo hace una personalidad atractiva para los medios, y se le ha elegido para aparecer como el elemento ateo en talk-shows nacionales tales como «Donahue», «Good Morning America», y «Sally Jessy Raphael». Se integró en la plantilla de la Freedom From Religion Foundation en 1987 como director de relaciones públicas oficiales, y desde entonces se ha convertido en nuestro «embajador del librepensamiento».
La Freedom From Religion Foundation empezó a recibir peticiones de librepensadores para que publicásemos un libro escrito por Dan a mitad de los ochenta, una vez que la aparición de su columna «El púlpito pagano», se hizo habitual en Freethought Today. Sus artículos autobiográficos originales aparecen aquí, ampliados con nuevos recuerdos. La historia personal de Dan de conversión de la fe a la razón es tan convincente para el creyente como para el no creyente. Es un libro que puedes pasar a ese familiar que insiste en debatir sobre religión contigo.
Perder la fe en la fe también contiene importantes trabajos nuevos de investigación y comentarios sólidos sobre librepensamiento, que incluyen «¿Por qué soy ateo» y «¿La Biblia es moral?» así como una valiosa exposición en «Jesús: ¿Historia o mito?». También se ha recopilado muchos de los escritos profesionales de Dan para la Fundación. Estas selecciones incluyen folletos escritos por Dan que se venden continuamente, editoriales publicadas en todo el país y artículos escritos expresamente como respuesta a peticiones de librepensadores o personas que solicitaban algún material legible sobre puntos específicos para debatir. Estos últimos convierten a Perder la fe en la fe en un recurso completo y de referencia para cualquier librepensador que se involucre en debates sobre los méritos de la biblia o afirmaciones teológicas. Por petición popular, se incluye nuestra ceremonia matrimonial feminista y librepensadora en 1987, uno de los artículos más demandados que jamás haya aparecido en Freethought Today. Salpicadas por el libro están las letras de las canciones de Dan sobre librepensamiento.
No es sólo otro tratado filosófico que predica al que ya está deconvertido, el material de Perdiendo la fe en la fe está probado y comprobado. Estas son, después de todo, las ideas que liberaron a Dan de la religión y las que han liberado a algunos otros en su círculo familiar que estaban tan anclados en la religión como lo estuvo él. La historia de Dan ofrece esperanza para el librepensamiento. Es una prueba de que la razón, el humanismo, el feminismo y la lógica pueden triunfar sobre el adoctrinamiento, la autoridad y la fe. El vigor intelectual de Perder la fe en la fe, su claridad de pensamiento y completo examen de las afirmaciones de la religión lo convierten en una contribución indispensable al movimiento librepensador.
Annie Laurie Gaylor, Editor, Freethought Today.
Freedom From Religion Foundation, Inc.
Madison, Wisconsin.
Abril de 1992.