Capítulo 21

Fuera de contexto

En un programa de radio de Bob Larson, el Dr. Norman Geisler (de la Universidad Liberty de Falwell[25]) me citó el Salmo 14:1: «Dijo el necio en su corazón: No hay Dios». Contraataqué con Mateo 5:22 donde Jesús dice «cualquiera que dijere, Fatuo, será culpado del infierno del fuego». Geisler respondió rápidamente «¡Está sacándolo de contexto!».

El contexto, el verdadero salvador de los fundamentalistas, es una defensa que siempre está a mano, un acto reflejo contra los versículos bíblicos problemáticos. Siempre que alguien de la Fundación cita algo horrible de las escrituras en la TV o la radio, como «Samaria… se rebeló contra su Dios: caerán a cuchillo: sus niños serán estrellados, y sus preñadas serán abiertas» (Oseas 13:16), los creyentes dicen «¡Pero eso no es lo que significa de verdad!».

El contexto es importante, por supuesto, pero cuando los fundamentalistas lo invocan, no es normalmente para discernir el verdadero significado histórico de un pasaje bíblico. «Contexto», para ellos, es una forma difusa de hacer que algo no signifique lo que dice en realidad.

A veces señalo que Jesús recomendó la castración: «hay eunucos que se hicieron a sí mismos eunucos por causa del reino de los cielos; el que pueda ser capaz de eso, séalo». (Mateo 19:12). Los creyentes se apresuran a reprenderme por no captar la diferencia entre prosa y poesía. Esto no trata de la castración, aseguran; trata del celibato. Dígaselo a Orígenes, el padre de la iglesia del siglo tercero que tomó este versículo literalmente y se «hizo a sí mismo eunuco».

En ocasiones los creyentes muestran una extraña habilidad para reconocer las metáforas, especialmente cuando el texto va contra su teología; pero ¿por qué no pueden extender ese talento para la crítica literaria al resto del libro? Están de acuerdo con que la parábola de Jesús sobre el hijo pródigo es una metáfora. No importa si el hijo pródigo existió de verdad; el mensaje subyacente en la historia, no la verificación histórica, es lo importante. Pero se podría decir lo mismo de Adán y Eva. Se podría decir sobre Dios, ya puestos. Son metáforas hebreas que contienen un mensaje subyacente que intenta explicar nuestro origen. Es todo ello una enorme figura retórica.

Cuando los cristianos le lancen la defensa del «fuera de contexto», aquí tiene varias formas de comprobar si saben de qué están hablando, o si sólo están lanzando una conveniente cortina de humo. Plantéeles varias preguntas específicas sobre el versículo bíblico bajo consideración.

  1. ¿Quién lo escribió y cómo lo sabe? La autoría de buena parte de la biblia está bajo serio debate. Los cuatro Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) son todos anónimos. Nadie sabe quién los escribió, y los nombres se les pusieron mucho más tarde. A pesar de esto, la mayoría de los cristianos citarán la biblia diciendo «Mateo dice…» o «Juan dice…» como si estuvieran escritos por testigos oculares.
  2. ¿Por qué se escribió y para quién? Si una carta de amor del siglo primero dijera «Helena, eres la mujer más bella del mundo» podría tomar este superlativo con cierta cautela. La propaganda, la retórica y la polémica son lo mismo: tienden a exagerar. El autor de Juan (quienquiera que fuese) admite que está escribiendo propaganda: «Estas empero son escritas, para que creáis que Jesús es el Cristo… y para que creyendo, tengáis vida en su nombre». (Juan 20:31). Difícilmente será un proyecto objetivo.
  3. ¿Cuándo se escribió? Una profecía no es una profecía si se escribió después de los hechos. La predicción de la destrucción del templo en el año 70 d. C. se escribió no antes del año 90 d. C. (Juan 2:19).
  4. ¿La traducción es precisa? En algunos casos, los eruditos cristianos han interferido con el significado. Isaías 7:14, una profecía putativa del nacimiento virginal de Jesús, debería traducirse como «mujer joven», no «virgen», como la mayoría de los cristianos (incluido el escritor de Mateo 1:22-23) insisten. Algunas traducciones han corregido ese fraude. (La New Revised Standard Version, respaldada por los eruditos, dice «La joven concebirá y dará a luz un hijo»). No todos podemos ser estudiosos del griego y el hebreo, pero todos podemos usar la técnica simple de comparar diferentes traducciones para averiguar el significado. Cualquiera que se niegue a hacer esto está obviando el contexto.
  5. ¿Ofrece el mismo autor alguna indicación sobre el significado? Cuando Isaías cita al Señor diciendo «crío el mal [ra]» (Isaías 45:7), ¿significa de verdad «mal», o sólo «calamidad» como sostienen los apologistas? (Aunque esto tampoco solucionaría mucho). Buscando por el resto del libro de Isaías encontramos que la palabra hebrea ra de verdad significa «mal» en el sentido moral: «Porque antes que el niño [el de la “joven” de 7:14] sepa desechar lo malo [ra] y escoger lo bueno…» (7:16), y «visitaré la maldad [ra] sobre el mundo» (13:11). Estos y otros versículos muestran que ra es lo contrario de bueno y merece castigo. También puede ser de ayuda comprobar otros autores bíblicos para confirmar el uso general, como cuando el autor del Génesis menciona el «el árbol de ciencia del bien y del mal [ra]» Decir que «Dios creó el mal» no es para nada sacar las cosas de contexto. Todo lo que necesita para hacerlo usted mismo es un diccionario barato de concordancia bíblica, como el de Strong (que está traducido al español adaptado a la biblia Reina-Valera) o el de Young (sólo en inglés), que indican para cada palabra el original hebreo y griego.
  6. ¿Hay alusiones o paralelos literarios involucrados? Se cuenta que Jesús dijo «Así que, todas las cosas que quisierais que los hombres hiciesen con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esta es la ley y los profetas», pero esta Regla de Oro no es exclusiva de él. Hillel, un maestro judío que murió sobre el año 10 d. C., dijo «No hagas a tu prójimo lo que odies que te hagan a ti. Esa es toda la ley, y el resto es comentario». El escritor del evangelio se limitó a tomar la idea de Hillel, que podría haberla recibido de los brahmanes («Estas son todas tus obligaciones: no hagas a los demás lo que te causaría dolor si te lo hicieran». —300 a. C.), quienes podrían haberlo tomado de Confucio («Con seguridad es la máxima de la amabilidad. No hagas a otros lo que no quieras que te hagan» —500 a. C.) o de los zoroastrianos (quienes se van a 1500 a. C.: «Sólo es buena la naturaleza de quien se abstiene de hacer al otro lo que no es bueno para sí mismo».)
  7. ¿Cuál es la relevancia del texto para el asunto general e inmediato? Los cristianos afirman que Miqueas 5:2 es una profecía sobre el lugar de nacimiento de Jesús: «Mas tú, Beth-lehem Ephrata, pequeña para ser en los millares de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel…». Pero el contexto es la lucha con los asirios en 700 a. C., no los romanos; y aquí Beth-lehem seguramente es una persona, no una ciudad. (1 Crónicas 4:4 dice «los hijos de Hur, primogénito de Ephrata, padre de Beth-lehem»). Aparte de eso, en el contexto histórico, ¿cuándo fue Jesús «señor de Israel»? ¿Lo es ahora?
  8. ¿Cuál era el clima social, político, religioso y filosófico? El siglo primero fue un tiempo de intensa fabricación de mitos, por todo el mundo, y especialmente en la zona del Mediterráneo. En la época en que se escribió el Nuevo Testamento nacían, se modificaban, intercambiaban, robaban y descartaban supersticiones. La idea de un salvador nacido de una virgen estaba en pleno auge hace dos mil años, y la historia de Jesús está cortada del mismo paño que otras mitologías antiguas. ¿Por qué tantos cristianos desechan este contexto?

El contexto abarca muchas otras consideraciones, por supuesto, pero rara vez el meapilas medio llegará ni siquiera hasta aquí. Si no saben el quién, cuándo o por qué de un pasaje, ¿cómo pueden decir con petulancia que está «sacado de contexto»?

Cuando los fundamentalistas hablan de «contexto» normalmente no se refieren al contexto literario o histórico del texto; hablan sólo del contexto de su teología particular. Un versículo bíblico tiene sentido para ellos en lo tocante a lo que su pastor, iglesia, confesión o ideas personales dictan que «va la movida». Como el Jesús de su ideal es agradable y amoroso, no podría haber dicho en serio que «odiemos» a nuestros padres:

«Si alguno viene á mí, y no aborrece [miseo] a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su vida, no puede ser mi discípulo». (Lucas 14:26).

La mayoría de los cristianos se sienten obligados a suavizar el significado primario de la palabra «aborrecer» hasta algo como «amar menos que a mí», aunque la palabra griega miseo significa «odio». (Los prefijos de «misantropía» y «misoginia» vienen de miseo). ¡Puede citar cien referencias para demostrar que el Dios bíblico es un tirano sediento de sangre, pero si ellos pueden escarbar dos o tres versículos que digan «Dios es amor» asegurarán que usted está sacando las cosas de contexto!

Cuando se trata de interpretar la biblia, sorprende cuánta certeza manifiestan los fundamentalistas. Estas personas hablan el mismo lenguaje y comparten una cultura común, y sin embargo suelen malentenderse entre ellos (por no mencionar que suelen fracasar en entendernos a nosotros los librepensadores). ¿Qué les hace pensar que pueden interpretar con tanta facilidad a Pablo el Apóstol, que escribió hace miles de años en una lengua diferente de una cultura extraña y desaparecida?

Incluso si tienen razón, incluso si los eruditos liberales son ciegos al «verdadero» contexto, ¿por qué un Dios inteligente iba a escribir un libro que se puede malinterpretar con tanta facilidad?

Jesús dijo: «Porque el siervo que entendió la voluntad de su señor, y no se apercibió, ni hizo conforme a su voluntad, será azotado mucho». (Lucas 12:47). ¿Se puede condenar a los propietarios de esclavos cristianos que había en tiempos de la Guerra de Secesión por pensar que este versículo recomienda la propiedad y abuso de los esclavos?

Pablo dijo «Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor. Porque el marido es cabeza de la mujer». (Efesios 5:22-23). ¿Se puede culpar a los maridos por pensar que este versículo les permite señorear a sus esposas?

En Levítico 24:16 pone: «Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará». ¿Por qué no iba a creer un fundamentalista cristiano que el ayatolá estaba moralmente justificado para sentenciar a muerte al escritor Salman Rushdie?

El libro de los Proverbios dice: «No rehúses la corrección del muchacho: Porque si lo hirieres con vara, no morirá». (Proverbios 23:13) y «Las señales de las heridas son medicina para lo malo». (Proverbios 20:30). ¿Se puede condenar a los padres cristianos por pegar a sus hijos?

Una deidad omnisciente tendría que haber sabido lo que Orígenes tenía en mente cuando agarró ese cuchillo inspirado por Mateo 19:12.

Freethought Today, noviembre 1990.