Capítulo 28
¿En defensa de la familia?
Esto es una adaptación de mi participación en un debate, «¿Está la biblia contra el aborto?» en Birmingham, Alabama, el 5 de abril de 1990. El Dr. Delos McKown de la Universidad de Auburn y yo formamos equipo contra dos predicadores locales. Delos analizó el Antiguo Testamento y yo me centré en el Nuevo Testamento.
Hace poco hablaba con un abogado católico que decía:
—Dan, este asunto del aborto es tan emocional que nadie cambiará de opinión jamás.
—Yo lo hice —respondí.
—Bueno, me educaron para respetar la santidad de la vida —dijo—, y siempre votaré lo que diga mi iglesia.
—Y por eso cambié de opinión. Yo respeto la santidad de la vida de la mujer.
Me miró un momento y dijo en un susurro:
—Pero ¿sabes qué? No sé qué haría si mi hija de catorce años se quedase embarazada.
—Le conseguirías un aborto rápido y discreto y después te preocuparías por la moralidad —le ofrecí. Asintió con la cabeza con una sonrisa culpable—. Tienes el dinero y los contactos —seguí—, pero si sigues votando lo que no debes puede que no tengas la opción. —No supo qué decir, el muy hipócrita.
Solía pensar que la biblia es antiabortista, en aquellos años cuando pensaba que importaba lo que dijera la biblia. Para que conste en acta, ya no me creo la biblia, y apoyo el derecho de la mujer a optar por el aborto; pero ninguna de estas posiciones es relevante para lo que la biblia dice sobre la cuestión. Hay unos pocos ateos antiabortistas, y hay millones de cristianos seguidores de la biblia que son proelección.
Entre los grupos religiosos que han manifestado alguna forma de posicionamiento proelección están la Iglesia Baptista Americana (aunque se han retractado hasta una posición neutral), la Iglesia Luterana Americana, la Conferencia Central de Rabinos Americanos, los Discípulos de Cristo, la Iglesia de los Hermanos, la Iglesia Episcopal, la Iglesia Reformada de América, la Iglesia Reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la Iglesia Unidad de Cristo, los Metodistas Unidos, la Iglesia Presbiteriana Unida, la YWCA (Asociación Católica de Mujeres Jóvenes) y la Coalición Religiosa a favor del Derecho de Aborto, sólo por nombrar unos pocos. Estos grupos respetan la biblia, y sin embargo no son antiabortistas. Si la biblia es antiabortista, estas organizaciones religiosas establecidas son todas renegadas.
Oseas 13:16 muestra el respeto del Antiguo Testamento por la vida. El Señor truena: «caerán á cuchillo: sus niños serán estrellados, y su preñadas serán abiertas».
¿Qué dice el Nuevo Testamento sobre el aborto? No dice nada. Jesús y Pablo dan todo tipo de detalles menudos sobre cómo vivir, pero callan sobre el asunto que es tan crucial para los antiabortistas modernos.
Pablo dice a las mujeres que deben vestir «ataviándose en hábito honesto, con vergüenza y modestia; no con cabellos encrespados, u oro, o perlas, o vestidos costosos». (1 Timoteo 2:9). Se toma su tiempo para decir lo que deben ponerse las mujeres, pero no dice nada sobre qué hacer con un embarazo problemático. ¿Ha visto lo arregladas que van las mujeres a la iglesia en esta época? Montones de «vestidos costosos» y atrevidos anillos de boda de oro. Si las mujeres de hoy en día no son capaces de obedecer las simples reglas del vestir de Pablo, ¿por qué iban a seguir su impertinente consejo sobre el aborto, si alguna vez lo hubiera dado?
El teólogo baptista Paul D. Simmons, en «El feto como persona: una perspectiva bíblica» escribe: «La ausencia de prohibiciones específicas en las Escrituras podría significar (1) que ningún hebreo ni cristiano dio fin jamás a un embarazo problemático, o bien (2) que el aborto era una cuestión privada, personal y religiosa, no sujeta a la regulación civil. Lo último parece la explicación más plausible».
Este silencio bíblico, sin embargo, no frena a los fieles. Siguen basando sus opiniones en el mandamiento de «Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra». Tengo una noticia para esas personas: ¡la tierra ya se henchido! Y henchido.
Algunos creyentes sostienen que como la biblia es «profamilia», es por tanto antiabortista. Pero la palabra «familia» sólo aparece una vez en el Nuevo Testamento (KJV). La palabra en la que se apoya, patria, sólo aparece tres veces en griego, pero siempre se usa en el sentido de la «familia» general de la humanidad, nunca refiriéndose a la unidad nuclear de lazos estrechos de Mamá, Papá y los niños.
Se dice que Jesús dijo «Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su vida, no puede ser mi discípulo». (Lucas 14:26). ¡No lo veo muy profamilia! Este Príncipe de la Paz también dijo «No penséis que he venido para meter paz en la tierra: no he venido para meter paz, sino espada. Porque he venido para hacer disensión del hombre contra su padre, y de la hija contra su madre, y de la nuera contra su suegra. Y los enemigos del hombre serán los de su casa». (Mateo 10:34-36).
Con respecto al matrimonio, Jesús dijo «los que fueren tenidos por dignos de aquel siglo y de la resurrección de los muertos, ni se casan, ni son dados en casamiento». (Lucas 20:35). Jesús nunca se casó ni tuvo hijos; pero si siguió su propio consejo no hubiera sido capaz: «… hay eunucos que se hicieron a sí mismos eunucos por causa del reino de los cielos; el que pueda ser capaz de eso, séalo» (Mateo 19:12). El hijo de Dios debería haber sido lo bastante fuerte como para castrarse a sí mismo, sobre todo porque nunca pretendió ser padre ni practicar el sexo.
Diecisiete versículos más adelante dijo: «Y cualquiera que dejare casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces tanto, y heredará la vida eterna». ¡Para ser un verdadero seguidor de Jesús uno tiene que ser anti-familia!
Pablo tampoco se casó nunca. Dijo: «bien es al hombre no tocar mujer» (1 Corintios 7:1). Toleraba el matrimonio, sin embargo, como un mal menor, para evitar la fornicación. Ni una palabra sobre la familia o sobre tener hijos.
¿Por qué ni Jesús ni Pablo sacaron partido de su autoridad para dejar clara la cuestión del aborto? Jesús siempre estaba diciendo «Oísteis que fue dicho… Mas yo os digo…». Podría haber dicho «El Antiguo Testamento no dice nada sobre esta cuestión crucial, mas yo os digo que el aborto está mal». Pero no lo hizo.
Aunque la biblia no es antiabortista ni profamilia, proporciona a los antiabortistas una base bíblica para sustentar los verdaderos motivos que hay tras sus opiniones: la biblia no es provida, sino antimujeres. Un sistema patriarcal no puede permitir mujeres libres.
Pablo dijo «el varón es la cabeza de la mujer», y ordenó a las mujeres (no a los hombres) que se cubrieran la cabeza (1 Corintios 11:3-5). Dijo «Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley dice. Y si quieren aprender alguna cosa, pregunten en casa a sus maridos; porque deshonesta cosa es hablar una mujer en la congregación» (1 Corintios 14:34-35).
La razón oculta tras el sexismo de Pablo es el hecho de que «Porque Adam fue formado el primero, después Eva; Y Adam no fue engañado, sino la mujer, siendo seducida, vino a ser envuelta en transgresión» (1 Timoteo 2:13-14). Hay muchos lugares en los que Pablo dice a las mujeres que se sometan a sus maridos, pero ni una sola vez se dice a un marido que se someta a su esposa (Efesios 5:22-23; Efesios 5:33; Colosenses 3:18).
El Nuevo testamento presenta a las mujeres como sucias y menos valiosas que los hombres. Lucas 2:23 dice: «Todo varón que abriere la matriz, será llamado santo al Señor». Las hijas no cuentan, aparentemente. Hablando del cielo, Apocalipsis 14:3-4 dice: «… y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales fueron comprados de entre los de la tierra. Estos son los que con mujeres no fueron contaminados; porque son vírgenes…». Quizás por eso pensó Jesús que la castración era tan importante —para evitar verse «contaminado» por mujeres. No se permitía que hubiera ninguna mujer entre los doce discípulos. El papa argumenta que esta es la razón por la que el clero debe ser masculino. Pero entonces, ¿por qué tenemos un papa polaco? ¡Los discípulos eran todos judíos!
Ruth Green en su The Born Again Skeptic’s Guide to the Bible (La guía de la biblia para el escéptico renacido), escribió: «Lo que Jesús no dice es una clave mejor para entender su actitud hacia las mujeres que lo que dice o hace. Por ejemplo, no dice que se culpó erróneamente a Eva, que la ley mosaica es cruelmente degradante para las mujeres,… que las mujeres no necesitan someterse en todo a sus maridos,… que las mujeres puedan divorciarse alguna vez de sus maridos o casarse de nuevo si sus maridos se divorcian de ellas por “fornicación”,… que las brujas no existen y en cualquier caso no deberían morir en la hoguera,… que una desdichada chica de la que se piensa que no es virgen al casarse no debería ser lapidada ni quemada en la hoguera (mientras su seductor sigue libre)… Debe concluirse que Jesús era el macho chauvinista de su época».
Y esta es la motivación real que ocultan los antiabortistas: la misoginia. No creo que a ninguno de ellos le importe un pimiento el feto.
Se preocupan por esta cuestión porque les da una oportunidad para tensar sus músculos de rectitud. Para ellos es una cuestión simple, de todo o nada, que exige poco pensamiento. Necesitan este tipo de cosas para tener la oportunidad de ir por ahí fingiendo tener preocupaciones morales. Si su carga pisotea los derechos, sentimientos o cuerpos de las mujeres, bueno, no pasa nada. Según la biblia las mujeres no merecen un trato justo.
Aunque la biblia no es antiabortista, es antielección. Si hay algo que la biblia (y los hombres fundamentalistas) no pueden tolerar, es que una mujer asuma el control.
Freethought Today, mayo 1990.