LA CAZA

Ya no queda en Europa ningún gran animal salvaje que viva fuera del alcance de nuestra gracia y desgracia. Solo los más pequeños pueden escapar a nuestro control y vivir en ciertos lugares con total libertad. A las grandes especies puede parecerles que viven tal como desean; sin embargo, han sido sometidas en realidad a una cría dirigida a distancia. Si nos pusiéramos a ello con determinación, podríamos aniquilar hasta la última de las grandes especies en dos o tres años y, con la activa colaboración de nuestros burócratas, quizás lo conseguiríamos en unos cinco años. Naturalmente, nadie desea eso. Mientras leía el libro de Dzi˛ egielewski, el cual se muestra completamente exhaustivo en todo lo que concierne al pasado, el presente y el futuro del ciervo, llegué a la conclusión de que este precioso animal continuará existiendo en Europa en tanto que haya cazadores. Estos no permitirán que desaparezca, puesto que todo aquel que ama la caza necesita algo que este libro desempeñando un papel doble: el de destructor y protector; ángel de la guarda y ángel exterminador a un mismo tiempo. En la mano derecha sostiene la escopeta y, con la otra, le lanza un beso al ciervo. Muy posiblemente, la palabra que con más frecuencia se utiliza en el libro, además de «ciervo» y «mogotes», es la de «caza». La caza mejora las razas, dado que elimina a los especimenes menos aptos. La caza vela por la justa proporción entre machos y hembras. La caza decide la colocación del animal para que pueda prosperar adecuadamente sin destruir excesivamente el entorno forestal o campestre que lo rodea. La caza mejora, incluso, la belleza del ciervo, imposibilitando la reproducción de aquellos ejemplares cuyos cuernos no crecen de la manera deseada. En una palabra, la caza obra de manera muy diversa a favor del ciervo; la única lástima es que ni siquiera lo saben.

El ciervo, Stanislaw Dziegielewski, Pa˛´nstwowe Wydawnictwo Rolnicze i Le´sne, 2.ª edición, Varsovia, 1973.

 

Lecturas no obligatorias: Prosas
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
sec_0033.xhtml
sec_0034.xhtml
sec_0035.xhtml
sec_0036.xhtml
sec_0037.xhtml
sec_0038.xhtml
sec_0039.xhtml
sec_0040.xhtml
sec_0041.xhtml
sec_0042.xhtml
sec_0043.xhtml
sec_0044.xhtml
sec_0045.xhtml
sec_0046.xhtml
sec_0047.xhtml
sec_0048.xhtml
sec_0049.xhtml
sec_0050.xhtml
sec_0051.xhtml
sec_0052.xhtml
sec_0053.xhtml
sec_0054.xhtml
sec_0055.xhtml
sec_0056.xhtml
sec_0057.xhtml
sec_0058.xhtml
sec_0059.xhtml
sec_0060.xhtml
sec_0061.xhtml
sec_0062.xhtml
sec_0063.xhtml
sec_0064.xhtml
sec_0065.xhtml
sec_0066.xhtml
sec_0067.xhtml
sec_0068.xhtml
sec_0069.xhtml
sec_0070.xhtml
sec_0071.xhtml
sec_0072.xhtml
sec_0073.xhtml
sec_0074.xhtml
sec_0075.xhtml
sec_0076.xhtml
sec_0077.xhtml
sec_0078.xhtml
sec_0079.xhtml
sec_0080.xhtml
sec_0081.xhtml
sec_0082.xhtml
sec_0083.xhtml
sec_0084.xhtml
sec_0085.xhtml
sec_0086.xhtml
sec_0087.xhtml
sec_0088.xhtml
sec_0089.xhtml
sec_0090.xhtml
sec_0091.xhtml
sec_0092.xhtml
sec_0093.xhtml
sec_0094.xhtml
sec_0095.xhtml
sec_0096.xhtml
sec_0097.xhtml
sec_0098.xhtml
sec_0099.xhtml