FELICIDAD COMPULSIVA

«Hay posado en un árbol un pájaro / que se extraña de la gente, / porque ni el más sabio sabe decir / dónde se encuentra la suerte...». Pese a todo, es mejor no saber a la forma humana que saber a la de pájaro. El ave es un loco ignorante de su propia locura. El instinto que le obliga cada otoño a alzar el vuelo y migrar, a veces, a decenas de miles de kilómetros de distancia, solo en apariencia le es favorable y vela por su seguricebadero con un clima más templado, muchas especies de aves finalizarían su persistente migración mucho antes. Pero estas irresponsables criaturas vuelan más allá, por encima de las montañas, donde sorprendidas por el temporal se hacen añicos contra las rocas, o, sobre los mares, se hunden en ellos. El propósito de la naturaleza ni siquiera es la despiadada selección natural: en estas circunstancias mueren de igual forma los ejemplares más débiles y los más fuertes. Un horrible destino persigue al ganso salvaje del lago Chany. Siente el impulso de despegar cuando aún no ha pelechado y es incapaz de alzar el vuelo. De ese modo, inicia su viaje a pie hacia el sur. Con impaciencia esperan este desfile masivo diferentes tipos de aves rapaces, así como un mamífero con un garrote: el hombre. Y comienza la masacre, aunque esta se repita con regularidad año tras año, siglo tras siglo, y no deje ningún vestigio de recuerdo en la memoria de esta especie. Una travesura aún más diabólica es la que le juega la naturaleza a los lemmings, unos simpáticos animales que viven en madrigueras. Llega un día en que hay tantos en ellas que abandonan en tropel su antigua morada. ¿Para fundar nuevas colonias cercanas? ¡Qué va! Se marchan. Simplemente se marchan, porque es eso lo que dictamina su destino hormonal. Y siguen caminando hasta llegar al mar, donde se ahogan. Esta especie continúa existiendo gracias a los contados individuos de la misma especie que permanecen en las antiguas madrigueras. La historia humana contiene episodios similares. Solo sos de ellos, mientras que sospecho que sobre los animales pesa, además, el apremio de la felicidad. Blond escribió su libro para los jóvenes. Contiene cinco relatos: los lemmings, los gansos salvajes, las focas, los elefantes y los bisontes. Pensando en el joven lector, ha novelizado las cosas, pero con moderación y sin balbuceos. De ese modo, también los adultos pueden leer el libro con provecho y horror.

Misteriosos lemmings, Georges Blond, traducción del francés de Janina Karczmarewicz-Fedorowska, Varsovia: Nasza Ksi˛egarnia, 1969.

 

Lecturas no obligatorias: Prosas
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