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Palo Alto Daily News, 1 de octubre de 1999
Sospechoso mata a su compañera y luego se suicida
En uno de los crímenes más horripilantes de la historia de Palo Alto, la policía informa de que el antiguo gestor financiero Timothy Van Bender asesinó a su secretaria golpeándole la cabeza y luego se suicidó, saltando por un acantilado la noche del miércoles.
Un jardinero encontró a la chica, Tricia Fountain, de veintitrés años, muerta en la majestuosa mansión de Van Bender de Waverly Drive. Murió a consecuencia de un golpe en la cabeza. «Las pruebas señalan a Timothy Van Bender como responsable del asesinato», ha declarado a este periódico por teléfono el detective Alexander Neiderhoffer. Timothy Van Bender, de cuarenta y siete años, estaba bajo sospecha del asesinato de su mujer Katherine en agosto, pero la policía todavía no había presentado ningún cargo. El sospechoso mantenía que su esposa se había suicidado.
Timothy Van Bender, que llevaba dos décadas residiendo en Palo Alto, fue durante muchos unos años un exitoso gestor financiero de su propio fondo de inversión libre, un producto financiero diseñado para inversores adinerados. Sin embargo, y según informes que ayer publicó la CFTC, el fondo de Van Bender, Osiris, había pasado por una crisis y el gestor estaba acusado de haber robado millones de dólares a sus inversores.
«No puedo creérmelo —ha expresado una vecina, Ann Beatty, que vive unas casas más abajo del escenario del crimen—. Conocía a Katherine Van Bender desde hacía años. E incluso conocí a la chica que encontraron muerta. Era un encanto. Todo esto es una tragedia».
Se realizará la autopsia al cadáver de la señorita Fountain. Los resultados se comunicarán a última hora del día. El cuerpo del señor Van Bender todavía no se ha localizado, pero los guardacostas están rastreando la zona a conciencia, según fuentes del departamento de policía de Palo Alto.
«Creemos que Timothy Van Bender mató a su mujer y a su amante y luego se suicidó —ha dicho el detective Neiderhoffer—. Era responsable de la muerte de dos personas y del robo de millones de dólares que le habían sido confiados. Cuando el señor Van Bender vio que no podía escapar, acabó con su vida, poniendo con ello punto y final a una escalofriante historia».