VII

EL doctor Orlando fue a visitar a mi madre. Lo hizo furioso.

Entró hasta el consultorio y la insultó. Le llamó bruja, le dijo puta. No le llamó madre soltera, aunque sí mencionó que era una envenenadora porque ofrece remedios contra todo mal.

El doctor se equivoca. La medicina que mi madre entrega es simple agua. Lo sé porque la he visto llenar los frascos de etiquetas extrañas, llenas de colores, que ella entrega según la dolencia o el afligimiento de alma del paciente.