«Volver del Fuego, regresar / poco a poco / y como en fragmentos / primero el torso / la cabeza, después los dedos / que palpan el aire / alrededor. / Con pánico. / Enseguida el pelo, mi bonita mata de pelo / juvenil. / Regresar del Fuego y por instantes / lúcida / brevísimos instantes. /
Y regresar al Fuego».
Lídia Ferreira, en Un vasto silencio,
Edições A Voz do Corvo, Luanda, 1992