CAPÍTULO 2
¿Cuando era pequeña tenía muchos amigos?
LÍDIA: Artur fue mi primer amigo. También había un perro, un perdiguero gigantesco, medio loco, al que mi abuelo le puso el nombre del gobernador portugués del momento, Eduardo Ferreira Viana. Tuvimos otro perro, pero era viejo y evitaba a los niños. Se llamaba Salazar.
¿Cuándo fue la primera vez que salió de Luanda?
LÍDIA: El primer viaje que recuerdo haber hecho fue a Canhoca, un apeadero del ferrocarril de Malange. Mi abuelo fue a visitar a un amigo y me llevó con él. El tren me asustó. Me pareció muy grande, tumultuoso, humeante. Ocupamos un compartimiento en el vagón de primera clase y me senté al lado de la ventana. Era de madrugada, el aire era húmedo y olía a frutas maduras. Miré hacia afuera y vi a las quitandeiras[21] vendiendo unas grandes naranjas verdes. Un hombre vestido de azul desenrolló una banderola y pasó por nuestro lado trotando en dirección a la locomotora. Gritaba: saliiiiiiiiiiiiida.
(Entrevista con Lídia do Carmo Ferreira,
Luanda, 23 de mayo de 1990)