NOTAS DEL CUARTO CAPÍTULO
1. Viola y Sebastian: En la comedia de Shakespeare Noche de Reyes, son dos hermanos que embarrancan en la costa de Iliria, la cual, curiosamente, forma parte de Albania, aunque es de suponer que el Bardo nada supiera de esto. El conocimiento que tenía Lord Byron de Shakespeare era muy amplio, aunque no profundo, y su costumbre de citar (o de citar parcialmente) sus versos era una constante de su correspondencia, aunque en la ficción eso pueda parecer un defecto.
2. los últimos días de lady Sane: Como prueba de que el presente manuscrito es un primer borrador, basta con señalar que esta dama, de cuya muerte se habla en este capítulo, aparece descrita como viva en la primera página de la historia, aunque recluida y enajenada, la noche del asesinato de su marido. Se tiene a Lord Byron por un escritor rápido y, a menudo, descuidado. Es verdad que le hubiera bastado con echar un vistazo a las primeras páginas para reparar en este error, de lo que se deduce que no repasó el manuscrito. Escribió a conciencia, aunque con suma rapidez. Las diversas correcciones, marcas, interpolaciones, etc., del manuscrito original no se han conservado en la copia en limpio, aunque por lo que a mí respecta, nada he cambiado, ni siquiera su gramática, aun cuando ésta pudiera ser errónea.
3. una iglesia modesta y muy antigua: Los Byron descansan en la cripta de la iglesia de Hucknall, cerca de Newstead. Lord Byron exagera al describirla como un amontonamiento de piedras, aunque la iglesia necesite de una restauración. Bajé por la escalera tal como hizo el héroe de Lord Byron para ver a sus antepasados, y los míos, en la penumbra. Puse la mano sobre él, o sobre el ataúd que contiene sus restos mortales. Nunca he temido a la muerte; tampoco él lo hizo.
4. carece de propiedad alguna: No es ninguna suerte —y Lord Byron no era el único que pensaba así— recibir un título sin los medios necesarios para mantenerlo. El actual Lord Byron, almirante y oficial de Su Majestad, no recibió ninguna herencia de mi padre, la cual fue a parar a manos de mi madre y de la hermanastra de aquél, la señora Leigh; las propiedades, sin embargo, habían desaparecido hacía tiempo. De joven disfruté de la hospitalidad del actual lord; mi madre, debido a sus constantes achaques, no siempre podía atender mis necesidades, y él me ofreció generosamente tanto su tiempo como su atención. No parece haber heredado el carácter de su primo, mi padre, ni el del padre de mi padre, El loco Jack Byron.
5. vaca lechera: Se suele pensar que mi padre quiso recuperar la fortuna y poner en orden sus asuntos, que pasaban por graves apuros, contrayendo matrimonio con mi madre, lo cual hubiera supuesto por su parte una maniobra fría y calculadora. Mi madre poseía un modesto patrimonio y tenía ciertas perspectivas de futuro. No obstante, si mis indagaciones al respecto son de fiar, diría más bien que Lord Byron creía ser el más rico de los dos, puesto que daba por sentada la venta de la abadía de Newstead por un centenar de miles de libras, o más, lo cual le hubiera provisto de una suma considerable de cara a su matrimonio con quien entonces era la señorita Milbanke. No fue sino hasta después, cuando la venta de Newstead resultó no ser tan buen negocio, cuando Lord Byron consideró sumamente ventajosa su situación matrimonial. Sus razones para la boda fueron otras, aunque no sabría decir cuáles.
6. en virginal meditación: Referencia a El sueño de una noche de verano, de Shakespeare. Consúltese la nota anterior al respecto. Es posible que se me haya escapado la presencia de otras citas del Bardo en el presente texto; otras son tan conocidas que no justifican una nota.
7. delgado como una vara: Según apuntan quienes le conocieron bien, Lord Byron tenía tendencia a engordar, y sentía horror ante dicha perspectiva, de modo que recurría a toda suerte de medios para combatirlo: comía ensaladas rociadas con vinagre, vinos ligeros mezclados con soda, etc. En nuestros tiempos, más de una doncella que tuviera el mismo objetivo, carecería de la fuerza de voluntad necesaria para seguir su régimen.
8. se lució: He sabido que, a pesar de su cojera, Lord Byron jugó en una ocasión con los alumnos de Harrow contra Eton al criquet, y que lo hizo de forma destacada. De su capacidad para nadar, nada tengo que añadir a lo que es de sobra conocido por todos: es el nadador más famoso desde Leandro, cuya hazaña en el Helesponto imitó. Yo soy incapaz de nadar, y me hundiría cual Ofelia si por algún motivo me cayera algún día al agua; aunque soy capaz de patinar sobre el agua como la mejor, cuando la masa de agua ha cambiado de estado.
9. Roscius el Joven: Referencia a William Betty, el niño actor (en realidad era adolescente), cuya belleza y fuerza cautivó a nuestros abuelos; se decía que se parecía a mi padre, aunque al acudir a una función suya en Londres, Lord Byron declaró que no se lo había parecido. Sin duda, Lord Byron se manejaba bien en el famoso día de los ejercicios de Oratoria en Harrow. Puede decirse que toda su vida representó el papel de sí mismo, y que nadie lo hubiera representado mejor —aunque muchos lo hayan intentado desde entonces.