3

Tras estas consideraciones, que nos indican la cautela con que debemos movernos en este terreno, podemos ahora volver sobre la afirmación del 53, la de «más que metáfora, estructura». Recordemos que habíamos aislado en la misma sección del texto, la cuestión del agujero del discurso y la de la palabra teniendo un centro exterior al lenguaje. Estas dos cuestiones no están exactamente referidas la una a la otra, pero sin embargo están copresentes en torno a la misma problemática: el agujero del discurso como el silencio de lo imposible de decir, la repetición, el más allá del principio del placer, la pulsión de muerte. Consideramos que estas dos cuestiones configuran una metáfora inaugural que sugiere, en el punto de partida, los senderos a recorrer. Que esa metáfora devendrá estructura, pero no ya en el acto mismo de su primera enunciación sino en un largo proceso. Una prueba de ello es la nota a pie de página que Lacan coloca en la edición de 1966 del texto del 53: «Premisas de la topología que nosotros ponemos en práctica desde hace 5 años». Se refiere concretamente al Seminario IX sobre «La Identificación», y en el cual inauguró «la era de los presentimientos» el 7-3-62. Esto quiere decir que le llevó nueve años pasar de aquel enunciado inicial a la práctica de aquella topología que allí anunciaba. Nueve años para que Lacan pudiera mostrar que la relación de la demanda y el deseo en el ser hablante genera un espacio cuya estructura es la de una superficie tórica. Al respecto hay que señalar que Lacan sostiene hasta el final la estructura tórica del espacio del serdiciente.

Hemos introducido un nuevo problema, el de la superficie tórica. Es una superficie de revolución que está engendrada por una circunferencia que gira alrededor de una recta que está en su plano, sin cortarla. Es una definición elemental de topología combinatoria, a la cual le corresponde un modelo, una imagen intuitiva, el toro, tal cual decía Lacan en 1953. Si la superficie tórica engendra un espacio, por su parte el modelo del toro, que podemos construir susceptible de ser visto y tocado, puede ser inmerso en nuestro espacio tridimensional. Son dos movimientos diferentes.

En 1972, en L’Etourdit, Lacan hace referencia al agujero y el toro, que para ese entonces ya llevaban muchos años de convivencia (desde 1962, se hablaba del agujero central del toro): el «agujero» es metáfora, pues el toro, o mejor la superficie tórica, no tiene un agujero central. Sólo hay agujero en el toro dibujado o construido, pero no hay agujero para el sujeto que traza, en la repetición de la demanda, un espacio tórico. Una cosa es describir, trazar, engendrar una superficie tórica en la repetición en acto, y otra cosa muy distinta es contemplar un toro al que consideramos modelo de la relación del sujeto con las dimensiones de la demanda y el deseo.

Esta nueva complicación, la que surge después de habernos convencido de que agujero y toro no eran metáforas sino estructura, para después advertirnos que hablar de agujero del toro es una metáfora, constituye un paso más en el intrincado recorrido de Lacan. En L’Etourdit, a diez años de haber comenzado a poner en juego distintas superficies topológicas y los modelos correspondientes, Lacan intenta disolver los efectos imaginarios de los modelos activados en su enseñanza.

Hemos dicho que a Lacan le preocupó hasta el final la necesidad de escapar a la metáfora en la transmisión del psicoanálisis. Poco después de haber reafirmado la diferencia entre estructura y metáfora, Lacan vacila nuevamente: en 1979 [47] expresa que el nudo borromeo (del cual había llegado a decir que era la estructura) en su estado más simple es una metáfora impropia, pues no hay cosa que soporte lo real, lo simbólico y lo imaginario. El hecho de que la presentación en el plano del nudo borromeo lleve a simbolizar el interior de los círculos, el campo interior, hace que resulte una metáfora impropia. Lacan apunta al obstáculo imaginario que ello representa. A la decepción expresada por Lacan ese día (9-1-79) le correspondió una desconsolada intervención de una persona del auditorio, manifestando la alarma ante lo que parecía conmover toda la construcción lacaniana.

Los ecos de este momento de la enseñanza de Lacan fueron recogidos en una conversación entre tres asiduos concurrentes a los Seminarios: Jacques Alain Miller, Pierre Soury y Eric Porge.[48] En dicha ocasión, el matemático Pierre Soury manifestó sentirse responsable de haber inducido en Lacan tal diagnóstico negativo sobre la cadena borromea, hasta el punto de llegar a caracterizarla como «metáfora impropia». Para Soury las cosas no eran tan extremas, pues consideraba que la ejemplaridad de la cadena borromea y el desbrozamiento matemático y pre-matemático que Lacan había hecho de ella, serían algún día reconocidos en todo su alcance. Por lo tanto, se trataría de un momento de pureza de la experiencia de la escritura del nudo, momento que por su radicalidad había conducido a Lacan a desposeer a su escritura de todo lo que había localizado anteriormente. Finalmente, Soury señaló la dificultad de establecer un metaclivaje entre lo que es metáfora y lo que no lo es, pues lo que no es metáfora para Lacan, puede serlo para otros. Los distintos enfoques de Miller y Porge, también en torno al problema de la metáfora y la estructura, configuran junto a lo comentado de Soury, un testimonio inestimable de esta preocupación.

¿Cómo entender esta falta de propiedad de la metáfora de la cadena borromea? Retrocederemos un poco en el tiempo. El 13-4-76, en su seminario sobre el síntoma, Lacan dijo: «Yo inventé eso que se escribe como lo real. Naturalmente, no es suficiente escribirlo Real, porque mucha gente lo ha hecho antes que yo. Este Real, lo escribo bajo la forma de ese nudo borromeo que es una cadena. A uno de sus tres elementos mínimos lo llamo lo real. Esos tres elementos encadenados hacen metáfora. No es nada más que metáfora de la cadena. ¿Cómo se puede decir que haya una metáfora de algo que no es más que un número? A esta metáfora se la llama la cifra. Hay un cierto número de formas de trazar las cifras. La más simple: el trazo unario. Hacer trazos, puntos, basta para indicar un número».[49]

La presentación elemental de esta cuestión (la que años después sería calificada de «metáfora impropia») es la siguiente (fig. 24):

El redondel designado Real, R, lo mismo que si fuera un trazo o un punto, está indicando una número, algo real. Es, por lo tanto, una cifra de ese número, una metáfora del mismo. A este redondel se lo anuda con otros dos redondeles que, del mismo modo, son cifras: Lo Simbólico y lo Imaginario. Queda así constituida la metáfora de la cadena borromea, la cual cifra a unos números a los cuales nombra R, S, I. Es real que rsi son las tres dimensiones del ser hablante, y que rsi encadenados son la cifra (metáfora) de los números del hablante. Con esas cifras, en la experiencia analítica se opera sobre esos números.

Consideramos que, desde esta posición, podemos entender de otra manera la impropiedad de la metáfora de la cadena. Para ello es necesario que introduzcamos una diferencia en el seno de la escritura lacaniana. Están por un lado las letras rsi, por otro los redondeles que, anudados, nos proporcionan una imagen del anudamiento de las dimensiones. Es decir, hay letra y modelo. Como cuando al principio de este apartado distinguíamos entre la superficie tórica y el toro como aquel cuerpo que resultaba limitado en nuestro espacio por una superficie tórica. A diferencia de la letra, el modelo que dibujamos y construimos está inmerso en el espacio representacional del fantasma.

En consecuencia, sostenemos que cuando Lacan dice que la cadena rsi es una metáfora impropia, no quiere decir que sea una mala cifra, sino que su presentación en el nudo clásico es un mal modelo. Por lo tanto, rsi está bien escrito pero no está bien imaginado.

«Mis nudos me sirven como lo que he encontrado de más cercano a la categoría de estructura. Me he tomado un poco de trabajo para llegar a cribar lo que podía aproximar de lo real», expresaba Lacan el 26-2-77.[50] Y poco antes del párrafo citado: «Lo real está en el extremo opuesto de nuestra práctica. Es una idea límite de lo que no tiene sentido». Que Lacan persiguiese la noción de estructura era «con la esperanza de alcanzar lo real».

De estas palabras se desprende que la estructura «aproxima» lo real. La estructura es la cifra de lo real que lo aproxima, es, de acuerdo con lo expuesto más arriba, una metáfora («la cifra es metáfora del número»), una metáfora originaria en tanto lo aproxima. Nótese, de paso, que «aproximar» es, por sí mismo, una metáfora. Nos movemos en un tembladeral en el que permanentemente se reinscriben los efectos que quisiéramos suprimir (los efectos metafóricos propios de la lengua).

Desde Lacan: Heidegger
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
prefacio.xhtml
prefacio-01.xhtml
prefacio-02.xhtml
prefacio-03.xhtml
prefacio-04.xhtml
prefacio-05.xhtml
prefacio-06.xhtml
prefacio-07.xhtml
prefacio-08.xhtml
prefacio-09.xhtml
prefacio-10.xhtml
prefacio-11.xhtml
01.xhtml
02.xhtml
03.xhtml
04.xhtml
04-01.xhtml
04-02.xhtml
04-03.xhtml
04-04.xhtml
04-05.xhtml
04-06.xhtml
04-07.xhtml
04-08.xhtml
04-09.xhtml
04-10.xhtml
04-11.xhtml
04-12.xhtml
04-13.xhtml
04-14.xhtml
05.xhtml
06.xhtml
07.xhtml
08.xhtml
09.xhtml
10.xhtml
11.xhtml
11-01.xhtml
11-02.xhtml
11-03.xhtml
11-04.xhtml
11-05.xhtml
11-06.xhtml
11-07.xhtml
11-08.xhtml
11-09.xhtml
11-10.xhtml
11-11.xhtml
11-12.xhtml
11-13.xhtml
11-14.xhtml
11-15.xhtml
12.xhtml
13.xhtml
14.xhtml
15.xhtml
15-01.xhtml
15-02.xhtml
15-03.xhtml
16.xhtml
17.xhtml
18.xhtml
18-01.xhtml
18-02.xhtml
19.xhtml
19-01.xhtml
19-02.xhtml
19-03.xhtml
19-04.xhtml
19-05.xhtml
19-06.xhtml
19-07.xhtml
19-08.xhtml
19-09.xhtml
19-10.xhtml
19-11.xhtml
19-12.xhtml
19-13.xhtml
19-14.xhtml
19-15.xhtml
19-16.xhtml
19-17.xhtml
19-18.xhtml
20.xhtml
20-01.xhtml
20-02.xhtml
20-03.xhtml
20-04.xhtml
20-05.xhtml
20-06.xhtml
21.xhtml
22.xhtml
22-01.xhtml
22-02.xhtml
22-03.xhtml
22-04.xhtml
22-05.xhtml
22-06.xhtml
23.xhtml
24.xhtml
24-01.xhtml
24-02.xhtml
24-03.xhtml
24-04.xhtml
25.xhtml
26.xhtml
26-01.xhtml
26-02.xhtml
26-03.xhtml
27.xhtml
27-01.xhtml
27-02.xhtml
27-03.xhtml
27-04.xhtml
27-05.xhtml
27-06.xhtml
28.xhtml
28-01.xhtml
28-02.xhtml
28-03.xhtml
28-04.xhtml
28-05.xhtml
28-06.xhtml
28-07.xhtml
28-08.xhtml
28-09.xhtml
28-10.xhtml
28-11.xhtml
autor.xhtml
notas.xhtml