VIII
Los distintos dichos mediante los cuales políticos e historiadores, una y otra vez, expresan que aquello que «no se recuerda se repite», no son más que distintos modos de intentar establecer una «cura» con respecto al retorno de lo reprimido. Pero hay que tener en cuenta la otra dimensión: aquello que del símbolo mismo está expulsado y no reaparece en la historia ni puede ser organizado por las metáforas y las metonimias. Por esto, Lacan prosigue su razonamiento de este modo: «lo que no ha llegado a la luz de lo simbólico aparece en lo real».[26] Subrayemos en este enunciado el término luz. En efecto, hay toda una metafórica de la luz que se sostiene en lo simbólico, mientras que lo que ha quedado expulsado, y se mantiene sólo como huella del símbolo de esa expulsión, no tiene ninguna vía de surgimiento en la metáfora de la luz y sólo comparece en lo real. A este modo de comparecer en lo real aquello que ha quedado expulsado, Lacan se refiere con una expresión que casi confina con un imposible de pensar: es «una puntuación sin texto».[27]