Epílogo

 

 

 

 

—Sí que tardan, el asado se va a enfriar.

—Cuando llegue, voy a matarlo; quiero que lleve el teléfono móvil encima de una santa vez. —Estaba muy nerviosa, Aksel había salido hacía unas cuantas horas y no regresaba.

Estábamos en casa de mi padre esperando a que mi hermano apareciese por fin. Markel, sentado a mi lado, intentaba tranquilizarme, aunque sabía que estaba más nervioso que yo. Thor ayudaba a mi padre, pues ya había desistido de ir a buscarlo, ya que Grete y Yasnaia en reiteradas ocasiones le habían dicho que esperara. Yasnaia es su novia... sí, sí, la empotradora al final había conseguido llegar al corazón helado de Thor. «Quién lo ha visto y quién lo ve.»

Grete había puesto sobre la mesa y retirado unas cuantas veces la comida; estaba también de los nervios, pero no quería reconocerlo. De pronto oímos unas risas y todos salimos a la puerta para ver a Aksel, con el hijo de Thor sobre los hombros, y a Annia, la hermana de Thor, una de las pocas que habían conseguido llegar a comprender al complicado de mi hermano... Parecía que tenían una relación, aunque ninguno de los dos lo confirmaba. Ésta llevaba a Beca de la mano, que caminaba torpemente. Apenas tenía un año, pero era la minirrizos más bonita que había en el mundo, así la llamaba Markel. Estaba enamorado de su hija, del mismo modo que de su madre, obviamente yo.

Thor comenzó a reírse a carcajadas y yo lo miré con los brazos en jarra. No daba crédito a lo que estaba viendo, pero Markel se contagió de las risas de Thor y de mi padre y empezaron a llorar de la risa.

—¿Me vas a decir que no estamos guapos? —Aksel comenzó a reírse y miré a mi hija y al hijo de Thor, que llevaban la misma camisa de leñador que mi hermano.

Un año atrás, si me hubiesen dicho que iba a estar en casa de mi padre comiendo con Markel, Thor, su nueva novia, su hijo, mi hermano junto a su supuesta novia, que no era otra que la hermana de su mejor amigo, y mi hija, vestida igual que Aksel, sin olvidar que éste me había odiado durante años... sin duda me hubiera reído a carcajadas, sin creer una palabra de lo que sería mi presente, o simplemente hubiese dicho que se trataba de una novela que jamás se haría realidad.

 

 

—No lo pienses más y relájate.

—Es la primera vez que no duerme con nosotros... ¿Y si nos necesita?

—Pues nos llamarán.

Mi teléfono vibró y vi un mensaje entrante.

 

Esperando... vacío... así me siento ahora mismo. Cuento los minutos que quedan para verte entrar en casa. Darek.

 

La comisura de mis labios se curvó en una gran sonrisa y miré a Markel; éste disimulaba, mirando la calzada como si no tuviera nada que ver con el mensaje, pero tres segundos después empezó a reírse.

—Chloe me está avisando de que ya llega a casa.

—La espero ansioso. —Me señaló el pañuelo que tenía atado en su muñeca derecha y no pude evitar excitarme, sabía lo que iba a pasar en unos minutos.

A través de sus palabras
titlepage.xhtml
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_000.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_001.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_002.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_003.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_004.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_005.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_006.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_007.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_008.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_009.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_010.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_011.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_012.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_013.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_014.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_015.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_016.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_017.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_018.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_019.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_020.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_021.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_022.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_023.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_024.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_025.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_026.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_027.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_028.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_029.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_030.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_031.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_032.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_033.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_034.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_035.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_036.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_037.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_038.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_039.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_040.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_041.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_042.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_043.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_044.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_045.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_046.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_047.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_048.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_049.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_050.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_051.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_052.html
CR!77YWQQ981S5KBCDFSH85J3RJ0SXC_split_053.html