Guía de supervivencia ante manipuladores.

El manipulador es, sobre todo, pertinaz. Parte de su poder emana de un goteo constante de demandas, peticiones, quejas y chantajes de todo tipo. Cuando esa actitud procede de alguien a quien se ama, o de un niño, la tentación es rendirse al agotamiento emocional o físico que producen, y ceder.

Esa batalla perdida conduce a perder la guerra.

El manipulador sabe perfectamente que la técnica del disco rayado (repetir hasta la extenuación) o el miedo a un enfado, berrinche o situación violenta inhibirá a la víctima.

En ocasiones, la víctima cree que ser buena persona significa sufrir, sacrificarse o ceder, y retroalimenta así la emoción que siente el manipulador. Eso genera una enorme adicción emocional y un fenómeno de yunque-martillo en el que ambos golpean y deterioran la relación.

Si usted es una Griselda, convendría que se diera cuenta de hasta qué punto cede por imposiciones sociales o por límites emocionales. Una terapia le convendría para aprender a fijar límites, y para aceptar las consecuencias de «desobedecer».

1. HAY QUE REPETIRSE UNA Y OTRA VEZ.

—No me quiere, me está utilizando para un fin.

—Decir «no» no me convierte en mala persona.

—No tiene poder sobre mí.

—Todo lo que dice tiene una intención determinada.

—Ni su edad ni su condición justifican que se comporte así.

—Educar implica fijar límites.

—El cariño implica enseñar a los niños a frustrarse y a pactar.

2. MARCAR LÍMITES Y NO RETROCEDER NI CEDER.

—Cualquier relación sana debe respetar límites. No hay excepciones, ni la relación maternofilial, ni la que se entabla con personas con discapacidad, ni enfermos ni niños.

—Sea firme, cortés y repita una y otra vez lo que desee.

—No entre en provocaciones (son expertos en ellas).

—No ofrezca reacciones emocionales.

—Soporte con serenidad la escalada de violencia.

—Mírese al espejo: ¿qué creencias en usted le hacen ceder o permitirle que se salga con la suya?

—Sea coherente.

—Siempre que pueda, predique con el ejemplo. Haga lo que dice.

3. SITUACIONES INESPERADAS.

—No ocurre nada por desdecirse en un pacto o una conversación injusta que fue entablada bajo manipulación. No se preocupe, ellos lo hacen constantemente y no sienten remordimientos. No les dé lecciones morales, se desaprovecharán.

—Si nota que comienza a ceder, aléjese, bien por unos minutos o físicamente.

—En caso de una amenaza física, aléjese y denuncie.