EURISTEO
Me vas a hacer un trabajito.
EURISTEO PERTENECE AL TIPO de jefe que ha conseguido su puesto de manera cuestionable. Lo ha heredado, sin más mérito que pertenecer a la familia, o ha sido designado a dedo, o ha dejado un rastro de cadáveres en su camino.
El Euristeo real era monarca de… ¡sí! Micenas, entre otros territorios. Qué pasaba en Micenas para que fuera un tan activo centro del crimen pertenece a otra investigación. Nació sietemesino y creció cobarde y ruin; el caso es que la diosa Hera, celosa porque su Zeus iba a ser padre con otra, adelantó el nacimiento de Euristeo para que así precediera en rango al bastardo de su marido, que resultó ser Hércules.
Hera protegería siempre a Euristeo e intentaría acabar con Hércules; y su fiel protegido se unió a la lucha. Cuando Hera indujo a Hércules a un estado de locura en el que mató a parte de su propia familia, la expiación que le ordenó una sibila fue que cumpliera con los trabajos que su mayor enemigo, Euristeo, le impondría.
Así, Hércules se enfrentó a un león, a una hidra, a una cierva, a un jabalí, a unas aves carroñeras y asesinas, a unas yeguas caníbales, al Minotauro… tuvo que limpiar unas cuadras, arrancarle el cinturón a la reina de las Amazonas, robar un rebaño a un gigante, llevarle las manzanas de oro de las Hespérides, y por último, trajo de los infiernos a Cancerbero. Euristeo reaccionó con reparos, anulando algunas de las pruebas, y negándose a encontrarse con el héroe.
Las rivalidades no terminaron ahí. Euristeo humilló a Hércules siempre que pudo, e incluso persiguió a sus hijos, que acabaron matándolo. Los Euristeo inventaron el mobbing, esa técnica de los jefes débiles que odian y temen al empleado y le encargan tareas imposibles, absurdas o humillantes.
El mobbing o acoso laboral no sólo proviene de los jefes: los padres de la víctima pueden secundarlo o iniciarlo. Está considerado como un conjunto de actos de violencia psicológica, entre los que se cuentan las humillaciones y el desprecio, las críticas constantes, las difamaciones, los insultos, las amenazas, las agresiones físicas, la asignación de trabajos inadecuados… Esa situación se prolongará indefinidamente, hasta que se consigue el objetivo, que es que la víctima abandone el trabajo.
Los acosadores, siempre mediocres y siempre cobardes, pueden ser también inferiores que chantajean al jefe: sea como sea, el perfil de la víctima es el de alguien que sobresale en su trabajo, que se ha negado a colaborar en prácticas corruptas o que ha rechazado proposiciones deshonestas, sean sexuales o económicas. Los Euristeos se ceban también en quienes por su juventud, una discapacidad o por pertenecer a una minoría se ven en inferioridad de condiciones. Por último, un alto porcentaje del mobbing lo sufren mujeres embarazadas, que son consideradas caras o entorpecedoras para la empresa.
Nevenka Fernández fue la primera mujer que logró una sentencia a su favor por acoso sexual. Joven y bonita, había entrado como concejala en el ayuntamiento de Ponferrada; después de romper la relación que había entablado con su alcalde, Ismael Álvarez, éste la sometió a un acoso que casi acabó con el equilibrio psicológico de la joven y que la puso al borde de la muerte por anorexia. Nevenka denunció.
El caso Nevenka fue exhaustivamente cubierto por los medios, y el apoyo de los cargos políticos de su partido al alcalde fue explícito. A eso se unió la desafortunada intervención del fiscal José Luis Ancos, que de manera directa culpabilizó a la víctima.
El juicio sirvió para demostrar que los prejuicios y la mentalidad machista que dábamos por superada en 2002 seguían vivos y con buena salud. Ismael Álvarez fue condenado a una multa y a indemnizar a la víctima, que vive desde entonces fuera de España y continúa denunciando amenazas y presiones a ella y a su familia. Por su parte, y ante el estupor y la vergüenza general, el antiguo alcalde creó un partido particular, y fue de nuevo elegido concejal de Ponferrada en el año 2011.
A veces, los Euristeos y sus esbirros parecen ganar. Pero con el tiempo, es a Hércules a quien se recuerda.