
CUARENTA Y TRES
EN EL ABSOLUTION
—OH, FRENO DE EMERGENCIA. SABÍA QUE TU COLOR ERA EL ROJO, pero no tan rojo.
De alguna manera, Cardinal logra abrir los ojos y ve la visión más extraña: un stormtrooper doblado sobre él y hablando con la voz de Vi Moradi.
¿Cómo lo logró? No quiere saberlo. Odiaría pensar que el Absolution tiene debilidades estratégicas que pueden ser infiltradas con facilidad por una espía medio muerta. Pero tal vez ella no está tan dañada como le hizo creer. Tal vez a él ya no le importa mucho el Absolution.
—El cuchillo de Phasma —dice él—. Veneno.
El casco de Vi se sacude.
—Odio decir que te lo dije, pero…
Él lanza una triste sonrisa y siente cómo la sangre caliente cae como rocío sobre su barbilla.
—Dímelo.
Quiere decirle que lo deje solo para que pueda morir en paz. Su cuerpo, por lo menos, ha empezado a entumecerse. Hay peores lugares para morir que su propia sala de entrenamiento, pero no quiere que lo último que vea sea una espía de la Resistencia, sobre todo no una que se regodea mientras viste la armadura que una vez llevó él mismo.
—Vete —murmura él, apartando su cabeza—. Teníamos un trato.
En lugar de irse, ella vuelve a ponerle su casco y lo hace rodar sobre lo que él advierte que es una camilla flotadora. Siempre tienen algunas en la sala de entrenamiento en caso de emergencia médica. Pronto él está flotando, en mente y cuerpo, mientras Vi lo empuja… a algún lado.
—¿Qué estás haciendo? —pregunta él.
—Salvándote —responde ella bruscamente—. Ahora dime cómo llegar al hangar o cállate.
Aun medio muerto, él conoce su nave, y es capaz de darle unas cuantas instrucciones. Las heridas no duelen tanto ahora, pero él puede sentir que la fiebre aumenta, y escuchar su sangre golpeando en sus oídos.
—Desperdicio de tiempo —murmura él—. Fiebre de Parnassos. No pueden amputar mis pulmones.
—No, pero puedo ponerte en un coma inducido médicamente y llevarte a una bahía médica muy moderna.
Él quiere reír, pero apenas respira. Es como si estuviera ahogándose en su propia sangre.
—¿Por qué? —es todo lo que logra decir.
Ella asiente tersamente mientras pasan junto a troopers marchando, luego se inclina para acercarse.
—Porque soy una criatura con esperanzas infinitas, y aún creo que puedes convertirte.
—Hay pocas probabilidades.
—Estoy dispuesta a confiar en ellas. La cuestión es esta: pienso que en realidad eres un buen hombre debajo de esa malvada armadura roja.
Él flota de la conciencia a la inconciencia. La próxima vez que levanta la vista, ambos están en la bahía del hangar principal. Luego ella está maniobrando para meterlo en una nave, no la de ella, alguna otra. Alguna ligeramente más grande, pero aún rápida. Luego están en el aire y ella está gritando en su intercomunicador. Y luego, como una bendición, ve la calma oscura del espacio y queda atónito al darse cuenta de que ella en realidad se ha salido con la suya.
—¿A dónde vamos? —pregunta.
El hiperespacio se arremolina sobre su cabeza y él lucha por permanecer despierto, esperando una respuesta. Vi se para a su lado y se quita su casco de stormtrooper, lanzándole esa sonrisa torcida que él conoce demasiado bien. Hay círculos oscuros debajo de los ojos de ella. La silla de tortura dejó una marca de quemadura a través de su frente. Qué par de seres son, enemigos mortales, cada uno de ellos medio muerto, tropezando en el espacio.
—Hice una promesa —le recuerda Vi—. Le dije a Siv que regresaría por ella, y sabes que sostengo mis promesas. Resulta que ella y Torbi viven en una estación con una maravillosa bahía médica, así que no creo que te importe. Ahora voy a sacarte de circulación para reducir el avance de la infección. Tú vas a hacerme un favor y vas a quedarte inconsciente para que no te mueras.
Antes de que pueda protestar, siente la punzada de la aguja en su hombro. Su cuerpo se relaja. A partir de aquí, todo queda fuera de sus manos. Tal vez vivirá o tal vez morirá. Tal vez, un día, pueda encontrar una manera de derribar a Phasma para bien. Pero, por ahora, todo lo que puede hacer es sucumbir a la anestesia.
El mundo empieza a oscurecerse. Lo último que escucha es que Vi suspira y murmura.
—Desearía tener algo para tejer.