
TREINTA Y OCHO
EN EL ABSOLUTION
EL ABSOLUTION ES UNA NAVE MUY GRANDE, Y HAY QUE CAMINAR mucho desde donde está Vi hasta la sala de la asamblea. A cada paso, Cardinal se siente más desolado. Phasma es una ficción vacía, una leyenda construida con mentiras. Y la Primera Orden (y hasta el propio Brendol Hux) eligió a Phasma sobre Cardinal. Brendol sabía que Phasma estaba allí por interés propio, sabía que ella vendería a su propia familia para obtener lo que quería. Aun así, la consideró una gran líder, alguien que merecía ser colocada en los carteles de propaganda y puesta en un pedestal. Y Brendol pagó por ese error.
A Cardinal le cuesta trabajo pensar cómo debió de ser para Brendol morirse de una enfermedad misteriosa, un enigma mortal que aun los más desarrollados droides médicos no pudieron resolver. ¿Brendol reconoció los síntomas, trató de decir a los droides lo que le estaba sucediendo? ¿Brendol supo que Phasma estaba detrás de eso? ¿Buscó en su clóset algún remanente de Parnassos que pudiera ocultar un brillante caparazón dorado? ¿Llamó a Armitage mientras flotaba en el bacta, volviéndose cada vez más líquido, y habló con el muchacho sobre el futuro de la Primera Orden, lo único en que los dos hombres Hux podían estar de acuerdo sinceramente? ¿Brendol sugirió que Phasma fuera elevada a la grandeza, alabada como la trooper perfecta?
¿O le susurró a Armitage que Phasma lo había matado y urgió al muchacho para que le diera lo que ella quisiera, siempre y cuando beneficiara a la Primera Orden y mantuviera por lo menos a un Hux vivo? Tal vez le dijo a Armitage que echara a Phasma por la esclusa de aire y luego miró a su hijo sonreír lentamente y sacudir la cabeza para indicar que no.
Cardinal piensa que así debe de ser como se vive la pérdida de fe en uno.
Él sabe todo, y ahora sabe que Armitage también sabe todo, o que, por lo menos, Armitage sabe las partes más peligrosas y condenatorias. La Primera Orden prefería tener a Phasma como es, una asesina desleal, sedienta de sangre, a un soldado honorable, creyente y correcto como él. Cardinal, quien siempre ha hecho todo lo que le han pedido. Cardinal, quien enseña, reconforta y estimula a los niños. Cardinal, quien ha dado todo lo que tiene por la Primera Orden.
Ideas, dudas y furia siguen repitiéndose en su cabeza mientras el elevador sube y sube. Sus dedos se aprietan y se abren, y gotas de sudor bajan por su nuca. Pero él es un capitán de la Primera Orden y no mostrará signos exteriores de debilidad. Antes, esas reuniones siempre eran emocionantes. Se alababa a las tropas de Cardinal y a él lo felicitaban por su continuo y excelente servicio a la Primera Orden. Pero, desde que Phasma se volvió capitán, Cardinal ha perdido cada vez más partes de su programa ante ella y se envía a los reclutas al Finalizer a una edad cada vez más temprana. Ahora tiene su oportunidad de dejar de perder importancia y empezar a recuperar el control. Hoy, cualquier cosa que piensen que se tratará en su reunión, se cambiará para quitar el velo y detener a Phasma antes de que traicione a la Primera Orden.
Mientras Cardinal avanza deprisa por los corredores hacia la sala de la asamblea, prepara mentalmente su discurso. ¿Qué dirá?, ¿cómo lo dirá? ¿Cómo condensará horas y horas de detalles narrados por Vi en los hechos simples que condenarán a Phasma por completo? Aunque Armitage ya desechó sus preocupaciones, el Hux más joven no es la única autoridad en la Primera Orden. Los demás, tal vez hasta Kylo Ren, querrán saber acerca del monstruo escondido a plena vista, cuya deslealtad es tan sólo un asunto de tiempo y oportunidad. Tal vez ellos, también, querrán ver la cara que lleva detrás de su máscara. Considerando lo que Cardinal sabe ahora sobre Armitage, comprende que esta reunión representa su única oportunidad de presentar su caso; un hombre que desea que Phasma mate a su propio padre no tendría problema en terminar con él. Él no desea tomar ese riesgo.
Se ha dado mucho tiempo de colchón para llegar allí, porque siempre le gusta llegar temprano a esos eventos. Mientras da vuelta en la esquina donde pasó la última vez junto a la Capitán Phasma, el aire parece de alguna manera más frío. Unos cuantos oficiales están charlando enfrente de la sala de la asamblea, con sus uniformes negros inmaculados y sus gorras puntiagudas perfectamente rectas. Armitage Hux aparece detrás de ellos, con Phasma pisándole los talones, y los oficiales quedan en silencio y se meten a la sala. Armitage ve a Cardinal, se detiene, asiente y entra también. Phasma hace una pausa. No se mueve en absoluto, no asiente, no se encoge de hombros ni hace nada que sugiera que hay un ser humano debajo de su armadura cromada y brillante. Sin una palabra o siquiera su usual asentimiento a Cardinal, sigue a Armitage a la sala. Cardinal apura el paso, con su capa chasqueando mientras se apresura, pero no lo suficiente para que lo haga parecer preocupado.
La puerta está cerrada. Él teclea el código, pero no cede. El pánico se asienta alrededor de sus hombros y mira arriba y abajo del pasillo. Revisa la hora, pero ha llegado treinta minutos antes. Al parecer, nadie más viene. Prueba de nuevo el código y vuelve a fallar. Cuando mira a Iris, los pitidos de ella sugieren que ella, también, está desconcertada. E Iris nunca está desconcertada.
—General Hux, ¿el código ha sido cambiado? —pregunta en su intercomunicador.
Escucha un suspiro.
—Así es. Tu presencia ya no es necesaria —dice Armitage—. Por favor, sigue con tus deberes habituales.
—Pero, señor.
—Un buen trooper no desafía a su oficial superior, CD-0922.
—Sí, señor.
—Puedes retirarte.
El intercomunicador queda en silencio. El vestíbulo está vacío. Ha sido todo.