Revuelta en la India (II)

15 de septiembre de 1857

El correo del Báltico informa de nuevos sucesos en la India, pero lleva un sinfín de detalles interesantes que procedemos a condensar para instruir a nuestros lectores. Lo primero que hay que señalar es que el 15 de julio, una fecha bien avanzada, los ingleses todavía no habían entrado en Delhi. Al mismo tiempo, el cólera ha hecho su aparición en su campamento, la época de las lluvias ha llegado y el fin del asedio y la retirada de los sitiadores parecen solo cuestión de tiempo. La prensa británica querría creer de buena gana que la peste, que se ha llevado al general sir H. Barnard, ha perdonado la vida a sus hombres, peor alimentados pero más curtidos. Hay por tanto un sinfín de declaraciones explícitas, comunicados a la opinión pública, pero a tenor únicamente de lo que se infiere de los hechos contrastados podremos hacernos una idea cabal de los estragos que la terrible enfermedad está causando en las filas del ejército atacante. El 14 de julio un oficial del campamento de Delhi escribía:

No hacemos nada por tomar Delhi y nos limitamos a defendernos de las incursiones del enemigo. Contamos con partes de cinco regimientos europeos, pero solo podemos reunir a dos mil soldados europeos para cualquier ataque efectivo; han enviado grandes destacamentos de todos los regimientos a Jalandhar, Ludhiana, Subathoo, Dugshale, Kussowlie, Ambala, Meerut y Phillaur. De hecho, de cada regimiento solo se han unido a nosotros pequeñas secciones. El enemigo es muy superior a nosotros en artillería.

Lo dicho demuestra que las tropas que llegan del Punjab han encontrado la gran línea de comunicación del norte, que discurre entre Jalandhar y Meerut, en estado de rebelión, y en consecuencia se vieron obligadas a dejar destacamentos en los principales puestos militares. Así se entiende que las unidades procedentes del Punjab no sumen tantos efectivos como se esperaba, pero no que el número de soldados europeos se haya reducido a dos mil. El 30 de julio el corresponsal de The Times daba otra explicación a la pasiva actitud de los sitiadores:

En realidad, sí han llegado refuerzos a nuestro campamento —un ala del octavo (del Rey), otra del 61.º, una compañía de artillería a pie y dos cañones de una unidad nativa, el 17.º Regimiento de Caballería Irregular (escoltando un cargamento de municiones), el 2.º de Caballería del Punjab, el 1.º de Infantería del Punjab y el 4.º de Infantería Sij—, pero de los soldados nativos que se han sumado a las tropas de sitio no nos podemos fiar aunque estén integrados en unidades europeas o combatan junto a ellas. En los regimientos de caballería de las fuerzas del Punjab hay muchos musulmanes e hindúes de castas superiores provenientes del Indostán y de Rohilcund y ambos componen el grueso de la caballería irregular bengalí. Como grupo, estos hombres son profundamente desleales y, con independencia de su número, su presencia en el ejército resulta delicada —como ya se ha demostrado—. En el 2.º de Caballería del Punjab ha sido necesario desarmar a setenta hombres y colgar a tres, uno de ellos oficial superior. En el 9.º de Irregulares, que ya lleva algún tiempo integrado en la fuerza, han desertado varios soldados y tengo entendido que tropas del 4.º de Irregulares han asesinado al intendente, que había salido con un destacamento.

Aquí nos revelan otro secreto. Al parecer, el campamento de Delhi guarda cierta similitud con el de Agramante[162] y los ingleses no solo deben luchar contra el enemigo que tienen enfrente, sino con los aliados que integran sus líneas. Aun así, este hecho no explica por qué solo se pueden reunir dos mil europeos para operaciones ofensivas. Una tercera pluma, el corresponsal en Bombay de The Daily News, hace una relación pormenorizada de las fuerzas reunidas bajo el mando del general Read, sucesor de Barnard, y parece fiable, porque enumera uno por uno los distintos elementos de que se componen. Según esa relación, unos 1200 europeos y 1600 sijs, caballería irregular, etcétera, que en conjunto sumaban unos tres mil hombres al mando del brigadier-general Chamberlain llegaron desde el Punjab al campamento de Delhi entre el 23 de junio y el 3 de julio. Por otro lado, este corresponsal calcula en siete mil hombres el conjunto de fuerzas comandadas por el general Read, incluidos artillería de campo y cañones de asedio; de tal forma que, antes de la llegada de refuerzos del Punjab, el ejército de Delhi no podía superar los cuatro mil efectivos. The London Times del 13 de agosto declaró que sir H. Barnard había reunido un contingente de siete mil británicos y cinco mil nativos, pero era una flagrante exageración. Hay motivos para creer que las tropas europeas ascendían entonces a unos cuatro mil hombres respaldados por un número inferior de nativos. La fuerza original de Barnard era, pues, tan poderosa como la que ahora manda el general Read. Por lo tanto, los refuerzos del Punjab han servido únicamente para compensar el desgaste que ha reducido los efectivos de los sitiadores casi a la mitad, pérdida enorme que se debe en parte a la incesante sangría de rebeldes y en parte a los estragos del cólera. Ahora comprendemos por qué Read solo puede reunir dos mil europeos para «cualquier ataque efectivo».

Eso en lo que respecta a la capacidad de las fuerzas británicas en Delhi. En cuanto a las operaciones, que no han sido demasiado brillantes se puede deducir del simple hecho de que, desde el 8 de junio, cuando el general Barnard redactó su informe de la captura de los altos que dominan la ciudad, el cuartel general no haya vuelto a hacer pública nota alguna. Con una sola excepción, las operaciones consisten en incursiones de los sitiados que los sitiadores no dejan progresar. Los sitiadores son atacados unas veces por los flancos y otras frontalmente, pero sobre todo en la parte derecha de su retaguardia. Hubo ataques los días 27 y 30 de junio y el 3, 4, 9 y 14 de julio. El 27 de junio la lucha se limitó a escaramuzas de algunas horas en los puestos de avanzadilla, pero por la tarde quedó interrumpida por una fuerte lluvia, la primera de la estación. El 30 de junio los insurgentes hicieron una demostración de fuerza ante las cercas del ala derecha del ejército de asedio y hostigaron a pelotones y unidades de apoyo. El 3 de julio, a primera hora de la mañana, los sitiados llevaron a cabo un ataque de diversión a la derecha de la retaguardia de las posiciones inglesas y luego avanzaron varios kilómetros por el camino de Kurnaul hasta Alipur con la intención de interceptar una caravana de suministros que avanzaba hacia el campamento. Antes de llegar encontraron una avanzadilla del 2.º de Caballería Irregular del Punjab, que cedió de inmediato. El día 4, al regresar a la ciudad, los rebeldes fueron atacados por un destacamento compuesto por mil soldados de infantería y dos escuadrones de caballería enviados desde el campamento para interceptarlos. Pero consiguieron retirarse sin apenas bajas y sin perder sus cañones. El 8 de julio, desde el campamento británico mandaron una patrulla con órdenes de destruir un puente sobre un canal en el pueblo de Bussy, a unos diez kilómetros de Delhi, que en salidas anteriores los insurgentes habían aprovechado para lanzarse sobre el extremo de la retaguardia británica e interceptar la línea de comunicaciones con Kurnaul y Meerut. El puente fue destruido. El 9 de julio, los rebeldes volvieron a salir de Delhi en buen número y atacaron el ala derecha de la retaguardia británica. Las crónicas oficiales telegrafiadas desde Lahore ese mismo día calculan que los asaltantes sufrieron casi un millar de muertos, pero la cifra parece exagerada, porque una carta enviada desde el campamento el 13 de julio dice:

Nuestros hombres quemaron y enterraron a doscientos cincuenta muertos del enemigo, que se llevó por sus medios un gran número de cadáveres a la ciudad.

En la misma carta, publicada en The Daily News, su autor no pretende hacernos creer que los británicos forzaron la retirada de los cipayos y afirma que sucedió todo lo contrario, que «los cipayos hicieron retroceder a todas nuestras unidades y luego se retiraron». Las tropas de asedio sufrieron bajas considerables: doscientas doce entre muertos y heridos. El 14 de julio, y a raíz de otra incursión, se produjo otro combate encarnizado cuyos detalles todavía desconocemos.

Entretanto, los sitiados han estado recibiendo grandes refuerzos. El 1 de julio, los amotinados de Bareilly, Moradabad y Shahjehanpur, localidades del Rohilcund, agrupados en cuatro regimientos de infantería, uno de caballería irregular y una batería de artillería, consiguieron entablar contacto con sus compañeros de Delhi. El corresponsal de The London Times en Delhi comenta:

Había esperanzas de que, a su llegada, el Ganges fuera infranqueable, pero la prevista crecida no se había producido y vadearon el río por Gurmukteser, luego cruzaron el Doab y llegaron a Delhi. Durante dos días nuestras tropas sufrieron la humillación de tener que ver la larga caravana de hombres, cañones, caballos y animales de carga de todas clases (porque los rebeldes trasladaban mercancías por valor de, digamos, 50.000 libras) cruzar el puente de pontones que entra en la ciudad sin ninguna posibilidad de evitarlo o de interrumpir su paso de alguna forma.

Esta marcha triunfal de los insurgentes a lo largo y ancho de Rohilcund demuestra que, desde la punta de Jumna hasta las colinas de Rohilcund, todo el país se esfuerza por cerrar filas contra las tropas británicas, cuando, si se relaciona con las revueltas de Indore y Mhow, el avance sin oposición de los rebeldes entre Nimach y Agra demuestra lo mismo para el conjunto del país al sudoeste de Jumna y hasta las montañas de Vindhya. La única operación victoriosa —en realidad, la única operación— de los ingleses en Delhi es la pacificación del norte y noroeste del país por parte de las tropas sijs del Punjab que comanda el general Van Cortlandt.

A lo largo de la región que discurre entre Ludhiana y Sirsa se toparon con las tribus de forajidos que habitan en aldeas dispersas de un desierto despoblado y arenoso. Hay noticias de que el 11 de julio salió de Sirsa en dirección a Futtehabad y de ahí marchó a Hisar, despejando el campo a retaguardia del ejército que sitia Delhi.

Además de Delhi, otras tres poblaciones de las provincias noroccidentales —Agra, Kanpur y Lucknow— se han convertido en centros de la lucha entre ingleses y nativos. En Agra, la situación ha adquirido un aspecto peculiar porque, por primera vez, los amotinados han organizado una expedición deliberada de unos quinientos kilómetros con la intención de atacar un lejano puesto militar británico. Según The Mofussilite, diario impreso en Agra, los regimientos cipayos de Nusserabad y Nimach, compuestos por unos diez mil efectivos (7000 soldados de infantería, 1500 de caballería y 8 cañones), se aproximaron a Agra a finales de junio, acamparon a principios de julio en una llanura próxima a la aldea de Sussia, a unos treinta kilómetros de Agra, y el 4 de julio se prepararon para atacar la ciudad. Al conocer la noticia, los residentes europeos de los acantonamientos de Agra se refugiaron en el fortín de la ciudad. El comandante de Agra envió en primer lugar al contingente de Kotah, compuesto por infantería, caballería y artillería, para que sirviera de avanzadilla contra el enemigo, pero al llegar a su destino, todos sus elementos se unieron a los rebeldes. El 5 de julio, la guarnición de Agra, integrada por los europeos del 3.º de Bengala, una batería artillera y una unidad de voluntarios también europeos, salió del fortín para hacer frente a los amotinados, y hay noticias de que los han expulsado de la ciudad a la llanura de las afueras pero que, a su vez, se vieron obligados a replegarse y, después de 49 muertos y 92 heridos de un total de 500 hombres, emprendieron la retirada hostigados por la caballería enemiga, tan activa que, según The Mofussilite, se vieron obligados a ir evitando «los disparos». En otras palabras, los ingleses se dieron a la fuga y se encerraron en el fortín mientras los cipayos, que avanzaron sobre Agra, destruyeron casi todas las casas del acantonamiento. Al día siguiente, 6 de julio, en ruta hacia Delhi atacaron Bharatpur. La consecuencia más importante de estos sucesos es que los amotinados han cortado la línea de comunicación entre Agra y Delhi y que probablemente hagan su aparición ante la antigua ciudad de los mogoles.

En Kanpur, según hemos sabido por el último despacho, un contingente europeo compuesto por unos doscientos hombres al mando del general Wheeler y acompañado por las mujeres y niños del 32.º de Infantería tuvo que encerrarse tras una muralla y se vio rodeado por una masa de rebeldes abrumadoramente más numerosa comandada por Nena Sahib, de Bithur. El 17 y entre el 24 y el 28 se produjeron distintos ataques. En el último, el general Wheeler recibió un disparo que le atravesó la pierna y murió a raíz de las heridas. El 28 de junio, Nena Sahib invitó a los ingleses a rendirse diciéndoles que les dejaría bajar el Ganges en bote hasta Allahabad. Los británicos aceptaron las condiciones de la rendición, pero apenas llegaron a mitad del cauce, unos cañones abrieron fuego desde la ribera derecha del río. Un cuerpo de caballería rebelde alcanzó y mató a los que intentaron escapar por la orilla de enfrente. A las mujeres, a los niños los hicieron prisioneros. Después de enviar varios mensajes desde Kanpur y Allahabad pidiendo su liberación, el 1 de julio una columna de sijs y fusileros al mando del mayor Renaud partió de Madrás en dirección a Kanpur. A siete kilómetros de Futteypore se le unió, el 13 de julio al amanecer, el brigadier-general Havelock, que, a la cabeza de 1300 europeos del 64.º, del 84.º, del 13.º de Caballería Irregular y de los restos de los irregulares de Oudh, había llegado a Allahabad desde Benarés el día 3 y luego había alcanzado a la columna de Renaud a marchas forzadas. El día del encuentro con Renaud se vio obligado a aceptar batalla a las puertas de Futteypore, donde Nena Sahib había dejado sus tropas nativas. Tras un obstinado combate y gracias a un movimiento sobre el flanco enemigo, el general Havelock consiguió expulsar de Futteypore a los rebeldes, que huyeron en dirección a Kanpur, donde tuvo que hacerles frente por dos veces los días 15 y 16. El 16, los ingleses reconquistaron Kanpur y Nena Sahib se retiró a Bithur, que se encuentra sobre el Ganges, a veinte kilómetros de la primera ciudad, y está bien fortificada. Antes de encaminarse a Futteypore, Nena Sahib había asesinado a todos los niños y mujeres ingleses cautivos. Haber recuperado Kanpur es de suma importancia para los británicos porque de esta manera se aseguran la línea de comunicación del Ganges.

En Lucknow, capital de Oudh, la guarnición británica se encontró en una situación casi tan grave como la de sus compañeros de Kanpur: sitiados en un fortín, rodeados de una fuerza muy superior en número, con muy escasas provisiones y sin comandante. Sir H. Lawrence murió el 4 de julio a consecuencia del tétanos contraído después de recibir un balazo en una pierna el día 2 durante una operación militar. Los días 18 y 19 de julio, Lucknow todavía resistía. Su única esperanza de auxilio dependía de que llegaran las tropas del general Havelock desde Kanpur. La pregunta es si el general se habrá decidido a acudir en ayuda de Lucknow con Nena Sahib a sus espaldas. Sin embargo, cualquier retraso sería fatal, porque, con las lluvias, todos los campos de batalla serán impracticables.

Tras el examen de estos acontecimientos, la conclusión obligada es que, en las provincias del noroeste de Bengala, las fuerzas británicas derivan poco a poco a una situación que semeja la de unos postes plantados en rocas aisladas en medio de un mar de revolución. En el sur de Bengala solo se han producido actos parciales de insubordinación en Mirzapur, Dinapur y Patna, además de la infructuosa tentativa de los brahmines itinerantes de la región por recapturar la ciudad sagrada de Benarés. En el Punjab, los británicos sofocaron a la fuerza el espíritu de rebelión con la represión de un motín en Sealkote, otro en Jhelum, y un arreglo satisfactorio de la desafección de Peshawar. También ha habido brotes de sublevación en Gujarat, Punderpur (Sattara), Nagpur y Saugor, otra población del territorio de Nagpur, en Hyderabad, territorio de Nizam, y, por último, en un punto tan meridional como Mysore, de modo que hay que pensar que la calma de las presidencias de Bombay y Madrás no está, de ninguna forma, totalmente asegurada.