Capítulo 79
Cuando comenzaron las explosiones en la torre Niantic, todos los que se encontraban en las inmediaciones del edificio pensaron que se trataba de otro terremoto. Los empleados se lanzaron debajo de las mesas de conferencias, se colocaron debajo de los marcos de las puertas y esperaron lo peor. Los terremotos, sin embargo, producen un sonido inconfundible. Comienza con una especie de trueno, como si fuera un tanque del tamaño del planeta que avanza sobre un campo de badenes interminable. Es un sonido que no se parece a nada que hayas oído en tu vida, a menos que hayas estado antes en medio de un terremoto. A este sonido le sigue una sacudida, de un lado a otro, de un lado a otro, que es más prolongada e intensa de lo que puedes imaginar. Por último llega la desesperada y ferviente plegaria para que los diseñadores del edificio hayan hecho bien su trabajo y realmente lo hayan preparado para resistir el peor temblor que la madre naturaleza tiene para ofrecer.
Sin embargo, los ocupantes de la torre Niantic comprendieron rápidamente que el sonido y las vibraciones no estaban causados por un terremoto.