24 Braudel, On History, pág. 14: «…la influencia cultural llegaba en pequeñas dosis, demorada por la duración y lentitud de los viajes que tenían que hacer. Si hemos de creer a los historiadores, las modas chinas del período T'ang [618-907] viajaron tan lentamente que no llegaron a la isla de Chipre y a la brillante corte de Lusignan hasta el siglo xv. Desde allí se extendieron, a la mayor velocidad del comercio mediterráneo, a Francia y a la excéntrica corte de Carlos VI, donde se hicieron enormemente populares los sombreros cónicos femeninos y los zapatos con punteras largas y apuntadas, la herencia de un mundo que se había desvanecido hacía ya largo tiempo, lo mismo que la luz nos sigue llegando desde estrellas ya extinguidas».<<