NOTA A LA EDICIÓN ALEMANA
Anton Kippenberg, el editor de Insel de 1905 hasta 1950, llamaba a Goethe el «compás de su vida». El conocedor y coleccionista de Goethe hizo de la editorial Insel una editorial de Goethe. La editorial Insel de hoy continúa esa tradición con numerosas ediciones, últimamente con una edición de bibliofilia de los manuscritos de Goethe del Diván del este y del oeste. En los libros de bolsillo de Insel, cuyo Nr. 1 fue Las afinidades electivas, cada 25 tomos contiene un título de o sobre Goethe. Qué más adecuado que mostrar en el tomo 2000 aquella parte de la obra de Goethe que dejó su más viva huella a través del tiempo, la poesía.
La obra lírica de Goethe es inmensa, contiene más de dos mil poesías. Elegir 100 de entre ellas, poesías que fundamenten la significación de la obra lírica y que hayan permanecido vivas hasta hoy, es siempre un desafío. Si Gottfried Benn dice que un poeta puede lograr al máximo seis poesías, en lo que respecta a Goethe se equivocaría incluso con el número 100. Por eso la selección no puede ser representativa; en todo caso puede ofrecer lo que está reconocido y lo que al que elige le parece esencial.
La selección contiene 100 poesías que sin duda pertenecen a la «eterna fuente» de la poesía y al mismo tiempo caracterizan a un lector al que las poesías de Goethe acompañaron toda la vida: 100 poesías de un poeta que personifica la individualidad moderna, que consideraba el «poder amar» como el mayor bien y a través de toda una vida encontró para ello la expresión poética.
Goethe muestra al hombre en toda su capacidad de vivir («Me latía el corazón, rápido al caballo») y en su más alta fuerza creadora (como en el himno de Prometeo), hasta en la grandeza mística de Mahoma como parte de la naturaleza universal, en la que él veía a Dios. —Alrededor de todo ello giran sus poesías en las más diversas formas líricas, altas creaciones artísticas, llenas de alusiones e incorporadoras de otras culturas. Canción de noche del caminante y A la luna, canciones populares y baladas con las que hemos crecido todos (El Rey de los Elfos, El Pescador).
Algunos textos se reproducen según la primera versión manuscrita o según la primera edición. La mayoría a partir de ediciones (versiones) posteriores; sus fechas pueden comprobarse en la página 177. La ortografía está cuidadosamente actualizada según las normas de la Edición de Frankfurt (de la que provienen los textos): se conservan las mayúsculas y minúsculas, la separación o la unión de palabras, que a menudo están usadas para influenciar la significación. Se ha conservado también la puntuación original, dado que en la lírica tiene una función rítmica y musical más que gramática y lógica.
Las poesías están ordenadas cronológicamente. Con ello se quiere corregir la opinión que pretende que la lírica tardía de Goethe se hizo cada vez más artificial. (Así la poesía Hallada de 1813 recoge la Rosa del prado de 1773). El fuego de la juventud, la pasión («Cómo te quiero, oh niña, niña») se transforma en las ideas del investigador de la naturaleza y en la experiencia y sabiduría de la vejez: «El espejo me dice que soy hermosa! / Vos que envejecer también es mi destino. ¡Ante Dios tiene que ser eterna cada cosa, /amad por un instante en mí lo divino!».
Por ninguna parte hay resignación, por todas aceptación de la inconstancia de las cosas humanas y reconciliación. Esto quieren demostrar las 100 poesías: «Como quiera que sea, la vida es buena».
Siegfried Unseld