PARA VER NACIDO,
para mirar llamado,
a la torre prometido,
el mundo es de mi agrado.
Miro a lo lejano,
lo cercano veo,
la luna y los astros
el bosque y el ciervo.
Ve así mi mirada
el eterno ornato
y como me agrada
así yo me agrado.
Lo que habéis visto,
ojos dichosos,
sea como sea
¡era tan hermoso!
1831