PARÁBOLA
Salí a la puerta del jardín,
tres amigos, o cuatro, allí,
les rogué que no quedasen fuera
y dije que bienvenidos eran;
que en el centro de la sala
el buen desayuno precisamente estaba.
Que a cada uno el jardín complaciera
y pasear por él a su manera.
Uno sin más en la fronda oscura,
el otro trepó por las uvas,
su hermano las altas manzanas codicia,
que les parecían exquisitas.
Dije: que frescas ésas estaban todas
juntas, dentro, sobre la mesa redonda,
y ya les fueron bien ofrecidas.
Pero ellos mismos buscarlas querían;
También el último como un ratón
por la puerta trasera se salió.
Yo sin embargo a la sala entré al poco
y tomé mi desayuno totalmente solo.
1830