CON UNA CINTA PINTADA
Me esparcen, mano ligera,
florecillas y hojitas,
dioses de la primavera
juegan en airosa cinta.
Céfiro, tómala en tus alas,
ponía en su mejor vestido;
Y ante el espejo se para
ella en su contento vivo.
Se ve rodeada de rosas
y como una rosa joven.
Tu mirada, vida hermosa,
y recompensado estoy.
¡Amor al corazón aúne,
si me das tu mano ahora
ya la cinta que nos une
no es débil cinta de rosas!
1770