SEÑAL
Y tienen razón los que yo censuro:
pues, que una palabra no es un término puro,
esto por sí mismo que entenderse tendría.
¡La palabra es un abanico! Entre las varillas
están mirando un par de bellos ojos.
El abanico es un suave velo sólo,
que bien que me oculta la cara
sin embargo no oculta a la muchacha,
porque lo más bello que posee ella,
sus ojos, hacia mis ojos destella.
1814