Avances…
—¿Pasa algo? —le preguntó Tita al notarlo.
—No sé cómo decirte esto y no quiero que Leonor se entere, al menos no ahora.
Llevé una mano a mi boca, no podía emitir ningún sonido, necesitaba escuchar.
—Me asustas ¿De qué se trata?
—Karl y Leopoldo han tenido una discusión muy fuerte.
—¿Padre e hijo? ¿Pero por qué?
—Karl le dio la noticia de… una futura candidata como su prometida.
Sentí mi corazón que caía al suelo hecho pedazos.
—¿Qué? —Tita no podía creerlo—. ¿Cómo es eso posible? No voy a permitir que jueguen con los sentimientos de mi nieta.
—Tranquila escúchame —insistió el duque—. Leopoldo se pronunció inmediatamente y lo retó, no aceptó, le dijo sobre Leonor y… por eso se formó la discusión, Karl quiere que su heredero se case con una verdadera princesa de sangre real.
—¿Y dónde queda mi niña en todo esto?
—Karl… amenazó con… obligarlo a casarse o…
—¿O qué?
—Leopoldo se adelantó a su amenaza, le dijo que estaba dispuesto a renunciar a la corona, si esa era la condición Leopoldo está dispuesto a ceder sus derechos monárquicos como heredero de Bórdovar por amor, prefiere estar con Leonor y renunciar a su título.
Mis lágrimas caían, mi amor estaba renunciando a todo por mí pero me sentí indigna de él, lo amaba pero no podía permitir que hiciera semejante locura, no sabía qué hacer, corrí hacia mi habitación.
*****
—¿Constanza?
—¿Sí?
—¿No me reconoces?
—La verdad…
—Soy Leonor, tu suegra.
¡Dios! Abrí mis ojos incrédula ¿Cómo era posible?
—Tranquila —me dijo.
Yo la miraba sin poder creerlo, era una mujer muy hermosa, vestía de blanco, su cabello suelto y ondulado se movía con la leve brisa, el azul de sus ojos era perfecto y su piel se notaba tan suave como la seda, era una perfección de mujer pero su mirada era triste;
—Majestad —la reverencié sin saber qué más hacer.
—Has sido una buena esposa para mi hijo —dijo dulcemente, su voz era armoniosa, tranquilizante—. No tengo las palabras para agradecerte el amor que le profesas, lo haces muy feliz, gracias a ti es lo que es y es algo por lo que yo te estaré eternamente agradecida.
Sus palabras hicieron que mis ojos se llenaran de lágrimas;
—Constanza eres una mujer muy especial, nadie mejor que tú hubiese sido para mi Loui, mereces tu lugar, mereces estar en el trono de Bórdovar al lado del rey.
—Majestad yo…
—Pero debes ser fuerte Constanza, necesitas ser aún más fuerte, lo que te ha pasado sólo ha sido una preparación, pasarás una situación que te marcará para siempre, pasarás una dura prueba que no mereces, sólo te pido que seas fuerte.
—¿De qué habla? ¿Se trata de Loui? —sentí mi corazón detenerse.
Su mirada se entristeció;
—Constanza… —bajó su mirada—. Él te necesita mucho, depende de ti como del aire que respira, debes ser sabia, por él, por los niños, por ti misma.
—Majestad dígame por favor ¿Cuál es esa prueba? ¿Qué es lo que voy a pasar?
—Sé que tienes la suficiente madurez para afrontarla y no te vas a dejar vencer, eres una gran persona no mereces que te hagan daño.
—¿Quién va a hacerme daño? ¿Es una mujer?
—Y también un hombre.
Llevé una mano a mi garganta, mi corazón latía a mil, no podía controlarme, sentía mucho miedo.
—¿Qué hombre? —insistí temiendo su respuesta.
—Constanza por favor perdona a mi hijo —sonaba como una súplica.
Sentí que la temperatura de mi cuerpo bajaba;
—Debes ser fuerte Constanza, el destino va a probarte de la peor manera, está en ti y sólo en ti el vivir, por favor no desees morir, ante todo piensa en tus hijos y en lo mucho que ellos te necesitan, que ellos sean tu motor para continuar, sentirás que tu vida se acaba pero por favor vive por ellos.
—Majestad no entiendo —mi voz se cortó y mis lágrimas comenzaron a caer.
—Sé que tendrás la sensatez para salir adelante, por favor perdona a Loui.
—¿Qué es lo que pasa con él? —insistí.
—Gracias Constanza —sonrió y suspiró—. Gracias por todo lo que has sido para él y por lo que eres como persona, darte mi agradecimiento es lo único que puedo hacer y quiero que sepas que desde el fondo de mi corazón me siento muy orgullosa de ambos, gracias por quererlo y no dudes nunca de su amor, él te ama demasiado, tanto, que ese amor le duele pero es un dolor que desea llevarlo con gusto, gracias por haberle dado unos niños preciosos y por haber cumplido con tu deber de mujer, él es muy feliz por eso, gracias por haber contribuido a la supervivencia de la familia Waldemberg y de la casa real de Bórdovar.
—Majestad por favor, no me deje con esta incertidumbre —no podía pensar en nada más, agradecía sus halagos pero sus palabras me daban miedo, no quería quedarme con la duda.
—Sé fuerte Constanza y ama a tu familia por sobre todas las cosas, es lo único que puedo decirte, sé que no me defraudarás.
Diciendo esto dio la media vuelta y avanzó dejándome atrás con todo el terror encima, la llamaba desesperada pero ella no me respondió, ni siquiera giró la cabeza, su etérea figura se perdió entre la niebla, ante mis ojos su imagen desapareció.
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