Cita

Está bien que se mida con la dura

sombra que una columna en el estío

arroja o con el agua de aquel río

en que Heráclito vio nuestra locura

el tiempo, ya que al tiempo y al destino

se parecen los dos: la imponderable

sombra diurna y el curso irrevocable

del agua que prosigue su camino.

[…]

Surge así el alegórico instrumento

de los grabados de los diccionarios,

la pieza que los grises anticuarios

relegarán al mundo ceniciento.

[…]

Fragmento de «El reloj de arena»,

JORGE LUIS BORGES