Mucha gente dice que para lograr una vida feliz necesitas tener algo que hacer, algo que amar y algo que desear.
Otros, en cambio, creen que la felicidad es la conciencia de saber que tu vida tiene sentido.
Viktor Frankl opinaba que, para lograr que una vida tuviera sentido, existían tres motores:
1) Crear una obra o un proyecto que nazca de uno mismo.
2) Vivir intensamente valores en los que uno cree, sobre todo amar a otra persona.
3) El sufrimiento inevitable, ese luchar por sobrevivir o por salvar a otro.
Pero yo siempre he creído que hay un cuarto motor para encontrar ese sentido de la vida, esa felicidad de la que hablan y que está dentro de ti. El motor nace del otro, del que vive dentro de ti. Él tiene la clave de tu sentido de la vida. Comunícate y logra tu cuarto motor.