Las palabras valientes necesitan letras sin miedo. Me lo enseñaron de pequeño y no lo he olvidado.
La valentía nace de actos valientes, pero también de actos cobardes. Porque, al fin y al cabo, la cobardía de nuestro pasado nos convierte en los valientes del futuro.
Acepta tu cobardía porque es el germen de la valentía que habitará dentro de ti. Nadie nace siendo valiente, es algo que se logra poco a poco, entendiendo la propia verdad y fuerza interior.
Que nadie te diga que tirar la toalla es símbolo de cobardía. No has de ser valiente toda tu vida. Un valiente no es la suma de mil actos valientes sino de quinientos valientes y quinientos cobardes.
Acepta los límites de tu valentía y de tu cobardía. Sé voleador, eso es lo importante.