CUADRO TERCERO
Habitación de Juan. Hay flores en la mesa.
ESCENA ÚNICA
Rogelia, Antonio.
ANTONIO Eso es lo que queremos saber.
ROGELIA Juan me ama. Es este amor su garfio, su clavo ardiendo. Es necesario que viva a costa de lo que sea.
ANTONIO ¿Y usted a él?
ROGELIA Ustedes me creen una pobre y débil mujer, y se equivocan. A Manuel no le diría esto; pero a usted sí. Usted es un hombre duro, aunque esté atado; fuerte, aunque lo claven mil cuchillos. A usted puedo decirle que Juan me regala muy poco. Su corazón, su amor, ¿Qué son para mí? Son como agua cuando se tiene sed de aire. ¡Pobre niño! Le aterra esta soledad, este islote acantilado, esta marea de mar y tierra. ¿A dónde no van sus ojos? Se les ve despertar y tomar la carrera de otros países fantásticos, de las palabras soberbias, de los abismos sin fondo. Peca para ser algo, para ser por lo menos un pecador. Aquí, en su propio lecho, le haré compañía. ¡Dios quiera que esta noche yo sea dulce y tenga en la lengua las palabras que dan la fiebre y exaltan los corazones de los hombres! Le ofreceré más de lo que me pida y lo que me pida habrá de pagarlo con lágrimas tiernas. ¿Ve usted esas flores? He ido a buscarlas a La Corona. Cuando Juan llegue encontrará la puerta abierta, mis brazos abiertos. Ya lo sabe encontrará la puerta abierta, la ventana abierta, mis brazos abiertos. Ya lo sabe usted todo. Puede contárselo a los hombres; pueden matarme, pueden echarme al mar, clavarme a la tierra. ¡También ella, esta peña bravía necesita de brazos abiertos!
Antonio se retira lentamente, cabeza gacha. Se oye gritar a Juan.
JUAN ¡Rogelia! ¡Rogelia!
Rogelia corre a la puerta.
ROGELIA ¡Juan! ¡Oh mi dulce niño! Mi corazón no descansa porque tiembla y el eco de mi voz te busca por la casa. Quiero que me llames diez veces por mi nombre y otras diez por el nombre de las otras mujeres, de las que soñaste en el mar y en la luna, de las que tienen manos blancas, de las que sollozan en los ventanales…
JUAN ¡Te llamaré rosa y cáñamo, marfil y leche, paloma y llanura, María y María, Rogelia y Rogelia!
TELÓN