[POLE POSITION]

Y mi pecho una supercarretera

de ocho, dieciséis, treinta y dos carriles

con miles y millones de caballos de fuerza

vertiginosos corriendo

y derramando lumbre en mis arterias.

Aquellas peligrosísimas curvas

impostergables y letárgicas

y particularmente inabordables

cada vez que tú, Lesbia, no me miras.

Ese imperioso arrancar en segunda

cuando tus se vuelven indecibles,

impronunciables,

inminentemente pospuestos

turbiamente y con perfidia

por tus no unánimes e inconmovibles.

Sólo tú echas a andar este Ferrari rojo,

incalculablemente insaciable,

impaciente por recorrer solemne

las largas calles de tus piernas

siempre prodigiosas, siempre proféticas

y en lo que a mí respecta,

absolutamente litúrgicas,

plenas de infinitud.

Que la batería desbarate su potencia

en tu cintura inenarrable

porque finalmente y después de todo:

este bólido, Lesbia, no carbura

sin tus estrechos jeans a la cadera.