LA RAÍZ

La tierra

la insistencia,

y la flaqueza

también son cosas que odié

y hubo cuando

incluso

yo no quise esta luz,

la misma

inconmovible

intensa

luz que adoro ahora.

Muchacho,

hubo un mal tiempo:

se agotó la templanza de los montes,

se doblegó abril,

y fue entonces

que pensamos

que esa fuerza

era impura.

Odiamos la riada

y el agua que insiste

y las ganas que todo tuvo

de ser río

y de arrancarse.

Odiamos las aves que migraron

y las mujeres bellísimas

que murieron temprano

y las guerras diluviales

sin tiempo fijo

qué no saben cuánto arrastran.

Entiende,

hubo un tiempo muy malo.

Las riadas rindieron la materia

removieron en lo hondo

y te dieron

a ti

una palabra terrible;

dijiste el nombre

de cada cosa que odié

y la lluvia insistió

y el agua fue

la materia más pesada

y salió a flote

por milagro

—por descuido—

la raíz del río,

la savia del agua,

la raíz del amor.

Supe que fue cierto

porque dijiste a tiempo

Ven,

que también las cosas

que odié las quiero de mi lado.