MINIATURA ASOMBROSA

Alguien puso semillas en mi mano

treinta árboles mañana,

un bosque cincuenta años más tarde.

Aves encontrarán el sur en esos árboles

y lobos encontrarán cobijo

y las hormigas crecerán como un cuerpo

entre las raíces ciegas y soñolientas

y alguna vez una casa y otra casa

construirán esas maderas

y el invierno bajará en sedimentos

y el otoño con su total hastío

pondrá sus pies pesados

sobre los troncos gruesos y no los vencerá.

Nada hará que se quiebren.

Y dentro de cien años cien hombres

serán hombres felices amando a sus mujeres

bajo esos techos amplios,

un perfume de bosque flotará todavía

en los hijos que lleguen,

el mundo será el mundo y la noche la noche

las lechuzas de entonces tendrán ojos más grandes

y comerán gorriones lo mismo que alacranes

y el ratón será mínimo como un insecto extraño,

su pálida pelambre lo volverá invisible

de noviembre a febrero, y no tendrá enemigo

ni el águila ni el hombre, si acaso, la serpiente.

Treinta árboles mañana,

flores malvas y rojas creciendo en ese bosque…

Ayer, unas semillas que alguien puso en mi mano

y que yo lancé al cielo.