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Tukayyid

Distrito de guarnición de ComStar,

República Libre de Rasalhague

10 de abril de 3058

Victor Ian Steiner-Davion meció la copa de brandy y se dejó seducir por el dulce aroma. El acólito de ComStar que servía las bebidas pasó entre el grupo, y todo el mundo aceptó una copa, incluso el capiscol marcial y la mujer que se había presentado como una antigua comandante de la Fuerza de Defensa Terráquea. Si yo hubiera perdido la Tierra, no pararía de beber esto.

El capiscol marcial alzó una mano.

—Propongo un brindis por los que han avivado el fuego del combate sin olvidar que no hay nada más terrible que la guerra.

Victor levantó la copa y brindó primero con Kai y luego con Focht. Se detuvo un momento y la dirigió hacia Hohiro Kurita y la capiscolesa Koenigs-Cober. Dio un sorbo y sonrió al sentir el ardor del brandy en su estómago.

El capiscol marcial depositó la copa sobre la mesa de caoba y entrelazó los dedos.

—Espero no haber ofendido a sus agregados por no haberles invitado a la cena. Es cierto que nos veremos muy a menudo durante el próximo mes, pero quería hablar con ustedes tres a solas. La capiscolesa Koenigs-Cober está con nosotros porque se mantendrá en contacto con ustedes durante las operaciones que tenemos planeadas y de las que hablaremos esta noche. Espero que no tengan ninguna objeción.

Victor sacudió la cabeza.

—Como usted crea conveniente.

—Disculpe, capiscol marcial, pero tengo una pregunta —dijo Hohiro Kurita, hijo del coordinador del Condominio Draconis, inclinando la cabeza respetuosamente—. A diferencia de Victor, o incluso Kai, yo no puedo hablar por mi gobierno. Me complacería sumamente tener la posibilidad de comunicar sus palabras a mi padre; pero si el propósito de esta reunión es elaborar una respuesta a la conquista de la Tierra, no creo que les sea de gran ayuda.

—Aprecio su franqueza, Príncipe Hohiro, pero no es mi intención tratar la situación que aquí se vive —dijo el capiscol marcial con una gentil sonrisa, que, en cierto modo, tranquilizó a Victor—. No me opongo a discutir el ataque a la Tierra, pero ComStar lo considera un acontecimiento histórico, que carece de interés en este momento.

Victor miró a Kai y advirtió cierta expresión de sorpresa en su rostro. Durante el viaje a Tukayyid habían hablado de la posibilidad de que ComStar propusiese algún tipo de operación conjunta para retomar la Tierra. Ambos creían que era poco probable y que ComStar podía solicitar una promesa de neutralidad al respecto. Victor sabía que tenía que andarse con cuidado porque Palabra de Blake tenía conexiones con la Liga de Mundos Libres y no era difícil que se reiniciase la guerra recién acabada.

—La capiscolesa Koenigs-Cober y yo hemos convencido a la Primus para seguir tratando el problema de los Clanes. Las operaciones que llevaremos a cabo durante los ejercicios tendrán como objetivo afilar nuestra capacidad para hacer frente a los Clanes en diversas situaciones —dijo al mismo tiempo que extendía las manos—. Será un placer para nosotros compartir con ustedes la oportunidad de trabajar contra la Galaxia Invasora de ComStar.

—¿Galaxia Invasora? —preguntó Victor, extrañado—. ¿Se trata de una unidad creada para actuar como una galaxia del Clan?

—Así es, Alteza —contestó el capiscol marcial, haciendo un gesto de asentimiento hacia la capiscolesa—. La capiscolesa Koenigs-Cober puede proporcionarles los detalles, ya que ella será la líder de la unidad.

Koenigs-Cober esbozó una tímida sonrisa.

—Los BattleMechs han sido construidos básicamente a partir del salvamento oculto durante la rehabilitación de Tukayyid. La mitad de los pilotos son veteranos de Tukayyid y tienen más de doscientos ’Mechs y personal adecuado de apoyo a la unidad.

—Impresionante, capiscolesa —dijo Kai con una amplia sonrisa y mirando a Victor—. ¿Vuestro personal de inteligencia no sabía nada de esta unidad?

El Príncipe de la Mancomunidad Federada frunció el ceño antes de contestar.

—ComStar no se considera un elemento hostil a la Mancomunidad, así que nuestros objetivos no siguen esa dirección.

—Pero vos sabíais que mi mujer estaba embarazada.

—¡Tocado, amigo mío! —dijo Victor, encogiéndose de hombros—. Tal vez si la Galaxia Invasora hubiese estado embarazada lo habríamos sabido.

—Tranquilizaos, Victor, la Fuerza de Seguridad Interna de mi padre tampoco sabía nada al respecto —dijo Hohiro con una sonrisa sardónica en los labios—. Cuando Subhash Indrahar se entere habrá llegado su fin.

Que dios te escuche. Subhash Indrahar había sido el director de la FSI desde mucho antes del nacimiento de Victor y representaba a las fuerzas viejas y reaccionarias del Condominio Draconis, unas fuerzas que se oponían a las reformas sociales y militares que habían permitido al Condominio adaptarse al ataque del Clan. Si Indrahar conseguía su objetivo, el Condominio se vería de nuevo inmerso en un ignorante feudalismo, y el rígido ejército se desmoronaría cuando los Clanes volvieran. Cuanto antes muera Indrahar, más segura estará la Esfera Interior.

El capiscol marcial asintió lentamente, como si hubiera leído el pensamiento o la expresión de Victor y estuviera de acuerdo con él.

—La cuestión que quiero plantearles es la siguiente: ¿preferirían ejercicios para defendernos contra un asalto del Clan o ejercicios para atacarlos?

Victor entrecerró los ojos.

—Creo que hay que explicar el trasfondo de la pregunta.

—¿Cuál sería, Alteza?

—¿Recomienda un cambio en la forma de hacer frente a los Clanes, es decir, cambiar las tácticas defensivas por una posición más agresiva? —preguntó Victor, tomando aliento—. Si es así, ¿tiene algún objetivo en mente?

—Tal vez —contestó la capiscolesa Koenigs-Cober con gentileza—, la última pregunta sea algo prematura.

—Espero y deseo que no lo sea —dijo Victor, bajando la mirada y contemplando su oscuro reflejo en el licor—. No es ningún secreto para los aquí presentes que los Halcones de Jade están adentrándose en la Alianza Lirana. Mi hermana ha declarado ese reino independiente del mío, sin embargo yo no renuncio ni a mi cargo ni a mi responsabilidad para con los mundos así como para los habitantes de su Alianza. Mi último informe indicaba que los Halcones han aterrizado en Coventry, pero eso es todo lo que sé por el momento.

Focht asentía mientras Victor finalizaba su intervención.

—Han llegado a Coventry y han destrozado la resistencia organizada en los dos continentes más grandes. Graf Joseph Mannervek se ha declarado gobernador del planeta y ha acusado de traición al duque Bradford. Al parecer, Mannervek ha llegado a algún tipo de acuerdo con los Halcones de Jade, y éstos lo han dejado en paz.

Victor sintió un escalofrío que neutralizó el calor del brandy en su estómago.

—¿Tenemos alguna noticia del duque Bradford o bien de su familia?

—Ninguna, pero tampoco nos han informado de su muerte, lo cual es buena señal —contestó el capiscol marcial antes de quedarse pensativo—. ¡Ojalá pudiera daros más información!, pero los Halcones han bloqueado el acceso al equipo que nos permitiría comunicarnos con ellos directamente. Todo lo que sabemos procede de simples emisiones de radio recogidas por las naves que entraban o salían del sistema.

—Entiendo.

—Algo bueno al respecto es que cuatro regimientos mercenarios han llegado y han hecho anochecer planetario. Dos pertenecen a los Dragones de los Lobos. Los otros son la Caballería Ligera de Eridani y los Soldados de Waco.

Hohiro sacudió la cabeza.

—Destinar a los Soldados y a los Dragones a Coventry no parece muy acertado. Hace años que contienden.

Victor miró a Kai.

—Su tío Tormano suele ser más listo.

—Yo también lo creía, pero su decisión de convertirse en el consejero de vuestra hermana pone en duda su estabilidad mental.

—Los lunáticos se relacionan con otros lunáticos. Tormano y mi hermana están hechos el uno para el otro.

Focht se ajustó cuidadosamente el parche que le cubría el ojo derecho.

—Ustedes dos son lo bastante listos como para no creer en la locura o la idiotez de Katrina Steiner y Tormano Liao.

Victor asintió lentamente.

—Somos conscientes de ello, capiscol marcial, pero es difícil recordarlo cuando hacen cosas que desafían lo que yo considero lógico. Con esto no quiero decir que su locura no tenga cierto sentido, pero no confío en su juicio porque no logro entenderlo.

—Lo comprendo, pero si los subestimamos nos arriesgamos a que nos pillen por sorpresa —dijo el capiscol marcial con un suspiro—. Hace tiempo que la Esfera Interior es un nido de intriga, y los miembros de las casas dirigentes están sumidos en ella. Ustedes tres han perdido a un padre o a un abuelo en manos de un asesino, así que creo que sería recomendable que se armasen de precaución.

—De acuerdo, capiscol marcial —dijo Victor, dando el último sorbo de brandy para relajarse con su ardor—. Sin embargo, mi pregunta sigue en pie: si decidimos operar con su Galaxia Invasora como defensores, ¿utilizaremos Coventry como modelo de lo que hagamos?

—Podríamos escoger ejemplos peores, Alteza.

Victor depositó la copa sobre la mesa y sonrió.

—Y si demostramos ser unos expertos derrotando a las fuerzas del Clan, ¿qué diría a la invitación del dirigente soberano de una nación a continuar estos ejercicios en un mundo de su reino?

El capiscol marcial se llevó las manos a la espalda.

—Dicen que en Coventry hace buen tiempo en primavera.

—Siempre hace buen tiempo en Coventry —puntualizó Victor con una severa expresión—, excepto cuando llueven ’Mechs del Clan.

—En tal caso, Victor, si vuestros esfuerzos triunfan aquí —dijo Hohiro con una picara sonrisa—, deberíamos visitar Coventry y ver qué podemos hacer para mejorar el tiempo.