PÉRDIDAS CUANTIOSAS
Aun cuando las plataformas están aseguradas, este tipo de robos implicó para Pemex millonarios gastos adicionales por rehabilitación. Aunque la pérdida más costosa la constituye “todo el petróleo que no produce una plataforma que está fuera de operación”, lo que impacta en la producción estimada, explica Joaquín Dorantes, petrolero que durante 33 años laboró como directivo del área marítima de Pemex, quien agregó que “este tipo de robos implica una disminución acelerada del valor de los activos de la paraestatal”.
Para la Unidad Jurídica de la SIDOE prácticamente se volvió rutina tramitar cobros de seguros por robos en plataformas. Así lo refleja la documentación interna entre este organismo y la Subdirección de la Región Marina Suroeste. Después del último atraco a la plataforma Yaxche-Bravo, por ejemplo, Gonzalo J. Olivares, coordinador de Ejecución de Proyectos del AILT, consultó a la SIDOE para saber qué debía hacer respecto a ese robo.
En el oficio número GPDM-SCO-D8-190 -2010, del 4 de mayo, la SIDOE responde:
Habida cuenta que existen antecedentes sobre otros robos ocurridos en la plataforma Yaxche-B y que tenemos entendido que el AILT solicitó la intervención de su área jurídica, y en consecuencia ya deben existir expedientes o averiguaciones previas al respecto, consideramos que lo más idóneo es que también este último robo vinculado con el helipuerto de la plataforma Yaxche-B, sea la misma área jurídica la que lleve este caso, a solicitud del AILT, tomando en cuenta las ventajas que representa la atención jurídica integral del asunto y/o por estrategia jurídica.
El hurto del 4 de mayo de 2010, magistralmente coordinado para hacer desaparecer del área un helipuerto, generalizó la indignación de los trabajadores de plataformas que han sido mudos testigos del nuevo modus operandi del robo a la paraestatal.
Raúl Méndez, un supervisor, explica ese sentimiento:
Parece un delirio lo que pasa en las plataformas si fueron capaces de burlar todos los dispositivos del almirante Saynez Mendoza para el Golfo de México. Sólo falta que entren aquí para levantarnos, como ocurre a los compañeros que están en tierra, o que de plano metan a operar plataformas para ordeñar pozos.
Cuando la autora documentaba estos casos las autoridades responsables se negaron a hablar sobre ello. Tanto Saynez como García Luna y Suárez Coppel hicieron mutis a la petición de entrevista. Es más, el supersecretario al que Felipe Calderón le dio atribuciones para establecer estrategias de prevención y combate del delito y la delincuencia organizada en las zonas petroleras —incluidas las plataformas—, a través de Plataforma México, ni siquiera tenía registros de tales acontecimientos, o al menos eso se informó a través del área de prensa.
El “cerebro informático que facilita el análisis de inteligencia para combatir la criminalidad”, como definió Calderón la Plataforma México (al clausurar la V Cumbre de la Comunidad Latinoamericana y del Caribe de Inteligencia), no registró los robos.
Según las funciones de Plataforma México, en este sistema debía registrarse cada caso, establecer el perfil de los responsables y su formar de actuar. La información de este sistema debía cruzarse además con la de la Policía Federal y el Cisen.
La tesis de algunos funcionarios de Pemex, tal y como se lo plantearon a su director general, fue que los equipos podrían estarse revendiendo a la paraestatal o enviándose al extranjero para usarse en plataformas en otros países, como ocurre con el crudo y los condensados que “exporta” el mercado negro.
Fue así como en el sexenio de Felipe Calderón, cuando mayor tecnología y elementos de inteligencia militar se desplegaron en las zonas petroleras, irónicamente, la delincuencia alcanzó las plataformas.