COU

El COU de Letras enseguida adquirió mala fama. Se decía que allí estaban los estudiantes más vagos, que no iban nunca a clase y se pasaban el día fumando porros. Claro está que los del COU de Letras consideraban que ellos eran los únicos verdaderos seres humanos, los que leían libros, iban al teatro y tenían discusiones filosóficas (independientemente de que asistieran a todas las clases o de que consumieran tabaco, cannabis u otras sustancias). De modo que el mundo, como casi siempre sucede, era justo: los de Ciencias consideraban que los de Letras eran unos inútiles y unos cuentistas y los de Letras consideraban que los de Ciencias eran unos seres simplones, ignorantes y carentes por completo de misterio y de poesía.

Lo cierto era que los de Ciencias eran más altos, más saludables y más guapos que los de Letras, que eran por lo general más bajos, más enfermizos y más enclenques que los de Ciencias. Los de Ciencias hacían deporte mientras que los de Letras fumaban como carreteros. Los de Letras despreciaban el deporte. Los de Ciencias despreciaban las novelas. Los de Ciencias hacían guateques y bailaban como locos. Los de Letras hacían reuniones, fumaban hachís y hablaban y hablaban sin parar. Los de Ciencias iban a los cines de la Gran Vía a ver películas de acción o de aventuras. Los de Letras iban a la filmoteca o al cinestudio Griffith para ver películas en versión original. Los de Ciencias se divertían más. Los de Letras sufrían más. Los de Ciencias tenían gafas de montura metálica. Los de Letras tenían gafas de pasta. Los de Ciencias bebían sidra o incluso sangría, el colmo de la vulgaridad. Los de Letras bebían absenta a pesar de que estaba prohibida. Bebían absenta porque estaba prohibida. Bebían absenta porque Rimbaud, Verlaine y los otros poetas malditos habían bebido absenta. Los de Ciencias no sabían quién era Rimbaud, y no sabían que Rimbaud había escrito en un poema «no se puede ser serio cuando se tienen diecisiete años». Miguel estaba en uno de los COU de Ciencias puras, ya que desde que era niño siempre había querido ser investigador. Como era de esperar, Mateo estaba en el COU de Letras.