La música del mundo
Si hay un autor de culto en la literatura española es Andrés Ibáñez. Su obra —novelas, cuentos orientales, incluso libretos de óperas—, influida por autores como Borges, Nabokov o Cortázar, suelen presentar universos paralelos, realidades escindidas, hombres y mujeres en busca de su auténtica alma y reivindica constantemente la capacidad sanadora de amor y la fuerza de la imaginación para cambiar el mundo o para crear nuevos mundos.En La música del mundo, Block, un joven de misterioso pasado, y su amigo Jaime buscan en la nación imaginaria de Países una entrada a la fabulosa Región Confabulada, de la cual hay múltiples pistas en las Biblioteca Nacional, la embajada de Estonia, etc... Al tiempo se trenza una historia de amor entre Block y Estrella, en los fantásticos lugares de la ciudad, como el Parque Servadac, habitado por todo tipo de seres míticos…La música del mundo, agraciada con el premio Ojo Crítico, es una novela llena de magia, fantasía y referencias literarias. Raras veces se encuentra en la literatura española contemporánea una novela de tal ambición y capacidad creativa. Ibáñez levanta con la fuerza de su imaginación todo un país, con su historia, geografía, sus próceres y su idiosincrasia, un curioso país centroeuropeo, reflejado en un texto donde se vislumbran reminiscencias de Rayuela, las vanguardias, Nabokov y muchos otros autores. En muchas partes prolijo y moroso, quizás demasiado lento, se le puede achacar que peca de carecer de un argumento claro y de mostrarse en forma demasiado «bruta», como si fuera un derroche de creatividad no pasado por la inevitable exigencia de una mínima intriga y de un progreso narrativo. De todas formas, es un libro de alta calidad, donde se pueden encontrar reflexiones sobre arte, música, literatura, además de ser todo un manifiesto de Ibáñez sobre su visión del género fantástico. El autor, como en sus otros libros, reivindica los cuentos de hadas y la fantasía más desbordada. También un concepto un poco elitista de la literatura. No es una novela fácil de leer, no solo por la ya citada ausencia de argumento y de construcción novelesca convencional, sino por las referencias a otros autores y novelas. De todas formas, una vez dentro de ella, te sientes transportado a un mundo nuevo, que deseas ir descubriendo de la mano de una prosa detallista y barroca, que no evita el surrealismo en ocasiones.