De: TristanBrooks@elboscdelesfades.com

Para: MarthaBrooks@BarnabyOaks.uk

Asunto: Sé qué va a pedirte Sam

Mami, ve preparando las maletas: Sam está rarísimo, sonríe todo el rato que está en casa y esta mañana le he oído tararear The time goes by ¡Samuel cantando, mamá! Aunque para variar sea un tema melancólico y tristón. ¿Te das cuenta de lo grave que resulta eso? Seguramente la presión por el pleno de la semana que viene le ha dejado más tocado de lo que pensamos.

O quizás tenga la culpa cierta pelirroja que conozco, capaz de dar un concierto de heavy metal con un violín en las manos.

Me imagino a Sam diciéndole a Emma:

—De todos los hoteles del mundo has tenido que venir precisamente a este.

Aunque creo que la pobre Emma está aquí de pura casualidad. ¿Cómo si no habría sido capaz de llegar hasta El Bosc de les Fades? Aquí no hay mapas ni GPS que valgan. Y, créeme mamá, he visto el coche de Emma: fue un milagro que llegase hasta aquí. La buena noticia es que no creo que sea capaz de abandonarnos en un tiempo, a no ser que se agencie una bicicleta. Una buena bicicleta. De montaña.

A veces Samuel se la lleva a dar una vuelta por el bosque (me refiero a Emma, claro, no a la supuesta bicicleta). Tengo que acordarme de desaconsejarle tales prácticas. Imagina que la chica tenga buena memoria y adivine cómo salir de aquí a través del bosque. Samuel a veces no piensa en lo que hace. Tanta inteligencia desperdiciada en alguien con tendencia a olvidarse del tiempo en cuanto pisa una zona verde. Qué pena.

De todas formas, bromas aparte, creo que Sam quiere que vengas. Me ha estado preguntando sobre tus plazos de reporting con el señor Barnaby y los autores que tenías en cartera ¡Como si yo supiera a qué te dedicas, mamá! ¿Crees que Sam ha olvidado quién soy? Qué lástima, para un hermano que tengo… Ah, no, que tengo dos más. Hermanastros, me temo, pero muy prometedores. ¿Crees que podríamos ponerles a trabajar este verano en la piscina del hotel? Podría hacerles un contrato de prácticas, nos saldrían baratísimos.

Bueno, mamá, iré preparando tu habitación. Tengo ganas de que conozcas a Carlota. Al menos a ella podrás conocerla sin problemas, nosotros no andamos besuqueándonos a escondidas por los jardines cuando creemos que nadie nos está mirando. Me pregunto a quién llama inmaduro Sam ahora. Y no voy a decir nada más.

¿Te apuestas algo a que nos vemos en menos de una semana? Tráeme algo de Londres, please.

Besos,

Tristán

P. D.: Te avisaré si creo que debes traer contigo el anillo de brillantes que te regaló la abuela.

P. D.(II): Olvida lo que acabo de decirte en la línea de arriba: trae el anillo de brillantes de la abuela, acabo de ver a Sam sonriendo otra vez.