La «cabeza» de los templarios
Según los «documentos Prieuré», la Prieuré de Sion no era, en sentido riguroso, una perpetuación o continuación de la orden del Temple: por el contrario, el texto hace mucho hincapié en que la separación entre las dos órdenes data de la «tala del olmo» en 1188. Al parecer, sin embargo, siguió existiendo alguna clase de relación, y «en 1307 Guillaume de Gisors recibió la cabeza dorada, Caput LVIII, [16]de la orden del Temple».[17]
Nuestra investigación de los templarios ya nos había familiarizado con esta cabeza misteriosa. Con todo, relacionarla con la orden de Sion y con la familia Gisors, una familia aparentemente importante, también nos pareció dudoso: era como si los «documentos Prieuré» se esforzasen por establecer relaciones poderosas y evocativas. Y, pese a ello, fue precisamente en este punto de la investigación cuando encontramos nuestra confirmación más sólida e intrigante. Según los registros oficiales de la Inquisición:
El guardián y administrador de los bienes del Temple en París, después de las detenciones, era un hombre del rey llamado Guillaume Pidoye. Ante los inquisidores el 11 de mayo de 1308 declaró que en el momento de la detención de los caballeros templarios él, junto con su colega Guillaume de Gisors y un tal Raynier Bourdon, había recibido orden de presentar a la Inquisición todas las figuras de metal o madera que hubiesen encontrado. Entre los bienes del Temple habían hallado una cabeza grande y plateada…, la imagen de una mujer, que Guillaume, el 11 de mayo, presentó ante la Inquisición. La cabeza llevaba un rótulo: «CAPUT L VIIm».[18]*
Si la cabeza seguía desconcertándonos, el contexto en el que aparecía Guillaume de Gisors parecía igualmente desconcertante. Se le cita específicamente como colega de Guillaume Pidoye, uno de los hombres del rey Felipe. Dicho de otro modo, él, al igual que Felipe, fue, al parecer, hostil a los templarios y participó en el ataque del que fueron víctimas. Sin embargo, según los «documentos Prieuré», Guillaume era Gran maestre de la Prieuré de Sion en aquel tiempo. ¿Significaba esto que la orden sancionaba las medidas de Felipe contra el Temple, que tal vez incluso colaboró en ellas? Hay ciertos «documentos Prieuré» que insinúan la posibilidad de que así fuese, de que la orden de Sion, de algún modo que no se especifica, autorizase y presidiese la disolución de sus díscolos protegidos. Por otro lado, los «documentos Prieuré» también dan a entender que esta orden ejercía una especie de protección paternal sobre los templarios, al menos sobre algunos de ellos, durante los últimos días del Temple. De ser esto cierto, es muy posible que Guillaume de Gisors fuera un «agente doble». Puede que fuese el responsable de «filtrar» los planes de Felipe, medio por el cual los templarios recibieron aviso por adelantado de las maquinaciones del rey contra ellos. Si después de la separación oficial en 1188 la orden de Sion continuó ejerciendo un control clandestino sobre los asuntos del Temple, cabe la posibilidad de que Guillaume de Gisors fuera en parte responsable de la cuidadosa destrucción de los documentos de la orden…, y de la inexplicable desaparición de su tesoro.