A mi familia, a la que adoro, por su paciencia,
su cariño y su apoyo.
A mis lectores, por decidir viajar a mi lado
y compartir mis sueños.
A mi editora, por darme la oportunidad de cumplirlos.
A mis musas, por hacerme vivir tantas vidas en una.
A la vida, por enseñarme tantas y tan variadas lecciones.
Al destino, por guiar mis pasos al verdadero camino.
Y al amor, porque sin él, nada de esto tendría sentido.
Pero en especial, quiero dedicar esta novela
a todos aquellos que han
tenido el valor de resurgir de sus cenizas.