Notas
[1] Así lo afirma David Mourao Ferreira, a quien se debe la iniciativa de la publicación original de estas cartas, en el excelente ensayo que acompaña a la edición portuguesa. <<
[2] Para un sugestivo itinerario de los lugares dilectos de Pessoa (en especial de Campos y Soares), cfr. Maria José de Lancastre, «Peregrinado ad loca fernandina: la Lisbona di Pessoa», en Quaderni portoghesi, I (1977), 117-135. <<
[3] «Nadie ama a otro, ama solamente / lo que de sí hay en él, o lo que supone». <<
[4] «Es el amor lo esencial. / El sexo no es más que un accidente. / Puede ser igual / o diferente. / El hombre no es un animal: / es carne inteligente, / por más que enferma a veces». <<
[5] El problema de la «ficción» que atañe a las cartas a Ophélia ha sido analizado con gran finura por J. A. Seabra, «Amor e fingimento. Sobre as Cartas de Amor de Fernando Pessoa», en Persona núm. 3, Oporto: Centro de Estudos Pessoanos, 1979, 77-85. <<
[6] Ophélia quería una prueba escrita en la que Pessoa declarase que era su pretendiente y que sus intenciones eran serias. <<
[7] Osorio era el recadero de la empresa donde Ophélia y Pessoa trabajaban. <<
[8] En marzo de 1920, Ophélia pasó a trabajar en las oficinas de la casa C. Dupin, en el Cais do Sodré. <<
[9] Hacia 1907, Pessoa había fundado una imprenta efímera a la que dio el nombre de Empresa Ybis, Tipographia Editora, Oficinas a Vapor. Pessoa solía llamarse Ibis a sí mismo. En Vida e obra de Fernando Pessoa (1950), Joao Gaspar Simóes escribe que el poeta «conservará siempre este símbolo, permitiendo que los niños amigos suyos le traten familiarmente de “Ibis”, alentando personalmente ese trato al levantar una pierna y quedarse, sólo sostenido en un pie, recitando los versos que había compuesto para tales ocasiones: “El Ibis, el ave de Egipto, / se para siempre en un pie, / lo que es / inaudito. / Es un ave sosegada, / porque así no anda nada”». <<
[10] En la carta original, Pessoa dibujó un calcetín. <<
[11] En portugués, pessoa vale por «persona». <<
[12] Bodega frecuentada por el poeta. <<
[13] Hospitales psiquiátricos. <<
[14] Casa Branca - Barreiro A, (Poema pial)
«Toda a gente que têm as manos frias / Deve mettel-as dentro das pias. / Pia numero UM,/ Para quem mexe as orelhas em jejum. / Pia numero DOIS, / Para quem bebe bifes de bois. / Pia numero TREZ, / Para quem espirra sí meia vez. / Pia numero QUATRO, / Para quem manda as ventas ao theatro. / Pia numero CINCO, / Para quem come a chave do trinco. / Pia numero SEIS, / Para quem se penteia com bolos-reis. / Pia numero SETE, / Para quem canta até que o trabalho se derrete. / Pia numero OITO, / Para quem quebra nozes quando é afoito. / Pia numero NOVE, / Para quem se parece com urna couve. / Pia numero DEZ, / Para quem colla sellos nas unhas dos pés. / E, como as maos já não estao frias, / Tampa nas pias! / MOITA / Silencio na estaçao / á vontade do freguez». <<