Poemas entregados a Ophélia
I
Quedé loco, quedé tonto,
mis besos fueron sin cuento,
y la apreté contra mí,
y la enlacé con mis brazos,
y así me embriagué de abrazos,
quedé loco y fue asÍ.
Dame besos, dame tantos
que preso de tus encantos
prisionero de tus brazos,
no sienta mi propia vida,
ni mi alma, ave perdida,
en tu cielo azul-amor.
Boquita de mis amores,
bonita como las flores,
mi muñequita que tiene
bracitos para abrazarme
y tantos besos por darme
como yo le doy también.
Botón de rosa, niñita,
cariñosa, pequeñita,
cuerpito de tentación,
ven a morar en mi vida,
dale en ti tierna guarida
a mi pobre corazón.
No descanso, no proyecto,
inseguro y siempre inquieto,
cuando no te veo, amor,
por besarte y no besarte,
por no colmar mi deseo
ni con mi beso mayor.
Ay qué tortura, qué fuego,
si estoy cerca de ella y luego,
hay nieblas en mi mirar,
y una nube cubre mi alma,
perdida ya toda calma
y yo sin poderla hallar.