12
29 de marzo de 1920
Sólo dos líneas, pequeño y querido amor mío, para avisarte que no cuentes con que aparezca a las ocho. En fin, al mediodía ya nos vimos.
Mañana, si Pantoja me sustituye allí arriba, cuento con poder encontrarte a la hora de siempre. No dejes de esperarme un momento, tomamos por punto central la Librería Inglesa.
He terminado mi mudanza. La lluvia no mojó el mobiliario; a mí, sin embargo, sí que me mojó al volver de la Estrela.
Todavía no hablé con Mariano Sant’Anna para pedirle refugio; pero le hablo enseguida.
No me siento muy bien, pero tampoco estoy peor de lo que me encontraba a mediodía, cuando hablamos.
Adiós, pequeño Bebé, hasta mañana. Besos y más besos de tu siempre tuyo,
Fernando